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CAFAC

Alcohol & Drugs - Mental Health Outpatient Level I Treatment

Cell: (404) 915-2644

CENTER FOR ADDICTION & FAMILY COUNSELING, INC.

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Institute of Government, University of Georgia, in :English Contents Information

Posted by Javier Elizalde on 22. maj 2014 kl. 13.45

Leyes de Manejo Bajo la Influencia (“DUI”

Information

 

Este documento le dice el siguiente:

¿Por que hay leyes de manejo bajo la influencia ("DUI")?

¿Qué les sucede a los operadores sospechosos de estar manejando bajo la influencia de bebidas alcohólicas o de drogas y que son mayores de 21 años?

¿Qué les sucede a los operadores sospechosos de estar manejando bajo la influencia de bebidas alcohólicas o de drogas y son menores de 21 años?

INTRODUCCION

Cualquier persona que tenga menos de 21 años que ha sido culpable del cargo de la posesión de las bebidas alcohólicas por un menor de edad mientras conduce un vehículo puede sufrir la suspensión de la licencia de conducir por un período de hasta 120 días.Para rehabilitar el permiso de conducir, la persona debe presentar un curso (programa) informativo sobre el uso del alcohol y las drogas ilegales y el manejo bajo la influencia ("DUI"). Además cualquier persona que no tenga los 21 años de edad que ha sido culpable de tratar de comprar o adquirir las bebidas alcohólicas sufrirá la suspensión de su licencia por seis meses en el caso de la primera ofensa y por un año por las siguientes ofensas.

A los operadores sospechosos de estar bajo la influencia de bebidas alcohólicas o de drogas se les detendrá. Se les pedirá que se sometan a un análisis del aliento o a una prueba sanguínea para determinar el contenido alcohólico en el cuerpo. La persona se puede negara colaborar. Uno puede se negar a someterse al análisis de sangre, de aliento o químico, para determinar si opera el vehículo bajo la influencia alcohólica. Sin embargo, se suspenderá automáticamente la licencia. Pero reinstauraría si se determina que el conductor es inocente de los cargos.

De acuerdo con las leyes de Georgia, una persona con el nivel sanguíneo de alcohol de 0.08% se considera como ofensor por DUI sin ninguna otra evidencia. Un nivel sanguíneo aun más bajo de 0.02% se establece por las personas menores de 21 años de edad.

¿QUE SUCEDE SI UNA PERSONA HA SIDO CULPABLE DE DUI?

Su licencia puede ser suspendida:

hasta un año en el caso de la primera ofensa,

en el caso de la segunda ofensa, puede ser por hasta tres años, y

si se trata de la tercera vez, se le puede anular el permiso.

Para que se le rehabilite el permiso, el operador deberá completar un curso aprobado sobre el consumo alcohólico y de drogas ilegales y tendrá que pagar una recompensa (multa).

Las personas culpables de DUI probablemente pasarán a la cárcel además.

En el caso de la primera ofensa, puede resultar en el encarcelamiento de 10 días a 12 meses;

En el caso de la segunda ofensa, puede tratarse del encarcelamiento de 90 días a 12 meses; y

En el caso de una tercera ofensa, la pena puede ser de 120 días a 12 meses.

Además, hay que cumplir servicios comunitarios:

En la primera ofensa, 40 horas de servicio; y

30 días en el caso de una ofensa subsiguiente.

Las multas son como sigue:

$300 a $1,000 por la primera ofensa,

$600 a $1,000 por una segunda ofensa, y

$1,000 a $5,000 por la siguiente ofensa.

Ser culpable de operar un vehículo bajo la influencia alcohólica puede afectarte también de otras formas: subirá el costo del seguro de accidentes. También puede resultar difícil encontrar el seguro (porque a las empresas de seguros no les parecen buena idea ofrecértelo).

¿Qué otros costos puedes esperar? Entre otros: un recargo en la multa, el costo del curso sobre el abuso del alcohol que tendrás que tomar, el pago de la rehabilitación del permiso, la cuota a pagar por la fianza para ponerte en libertad después de la detención, el costo de la grúa para que remolque el automóvil hasta tu casa y lo que tengas que pagar de transporte mientras tu permiso esté suspendido. Puedes imaginar aun otros gastos relacionados.

*Extraído de Una Introducción a la Ley en Georgia, Tercera Edición, publicado por el Instituto Gubernamental Carl Vinson, 1998 (actualizado en el año

Quick Notes

Posted by Javier Elizalde on 23. april 2014 kl. 10.55

 

According to a special health report in the Harvard Health Letter (special supplement January 2002), nearly 14 million Americans (1 in every 13 adults) suffer from severe alcohol problems such as alcohol dependence or abuse while millions more engage in risky drinking.” Four common signs of alcohol dependence given in this report are:

 

Craving - There is a strong need or compulsion to drink.

 

Loss of Control – Dependent drinkers will drink when they have promised not to and will continue even when they realize they have had too much.

 

Physical Dependence – Dependent drinkers will experience withdrawal symptoms when they stop abruptly or sometimes when they cut down on their consumption.

 

Tolerance – Dependent drinkers need increased amounts of alcohol in order to become intoxicated.

 

 

What is anger?

Posted by Javier Elizalde on 23. april 2014 kl. 10.20

Anger is one of the most important human emotions and part of the basic fight or flight survival response. It is with us from birth to death and can be an asset or a liability, depending how we use it. Anger can be expressed in the form of crying, teasing, yelling, sarcasm, attack, depression, violence, suicide, pouting, silence, aggression, and violence. When we cannot get what we want, when we are frustrated, or our desires are not fulfilled, and when we are assaulted, we become angry. Anger helps us survive assaults, correct injustices, grow, be independent, and establish better values.

Caso Clinico: Intervenci?n cognitiva conductual OCD

Posted by Javier Elizalde on 4. august 2012 kl. 11.15

Caso clínico

Intervención cognitiva conductual en un paciente con un

trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad y una

depresión mayor recidivante asociados

Isabel Latorre Suárez1*, Marleyn Serrano Ramírez2

Resumen

Este estudio de caso tuvo como fin describir el proceso de intervención de terapia cognitivaconductual

para verificar la efectividad sobre la comorbilidad de un trastorno depresivo mayor

recidivante y un trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. El sujeto de estudio fue un

paciente de consulta psicológica privada de la investigadora, un hombre adulto de 66 años,

extranjero con estudios de doctorado, pensionado y casado hace 30 años. En la evaluación se

utilizaron técnicas e instrumentos que permitieron confirmar los diagnósticos como son:

entrevista clínica, registro de pensamientos disfuncionales, observación conductual directa,

IBD, BAI, EMT, CIE, MCMI-II, IPA, así como los estadígrafos T de Student y Pearson para el

análisis de datos. En los resultados se presenta una descripción detallada de la configuración y

conceptualización de la comorbilidad entre la depresión y el TOCP, el diseño del plan de

intervención basado en los principios del modelo cognitivo-conductual para trabajar la

comorbilidad y el impacto del plan de intervención en la recuperación de los síntomas del

paciente. Se concluye que a lo largo de las sesiones tanto el TOCP como la depresión se

mantuvieron constantes, sin variaciones importantes durante el tratamiento, posibles

explicaciones al respecto se argumentan en los esquemas arraigados que presenta el paciente, la

intermitencia de las sesiones y a la dificultad de intervenir en un factor importante de

mantenimiento de los síntomas, que es el ambiente en que el sujeto vive y se desenvuelve.

Palabras Claves: Depresión, trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad, intervención

cognitiva-conductual.

 

Abstract

This case study was to describe the process of intervention of cognitive-behavioral therapy to

verify the effectiveness on the comorbidity of a recurrent major depressive disorder and

obsessive-compulsive personality disorder. The subject of study was a psychological private

researcher patient, an adult male of 66 years, abroad with doctoral studies, pensioned and

married 30 years ago. The evaluation used techniques and instruments that allowed to confirm

the diagnosis as are: clinical interview, registration of dysfunctional thoughts, direct behavioral

observation, BDI, BAI, EMT, CIE, MCMI-II, IPA, as well as statistics Student's T test and

Pearson for of data analysis. In the results, there are presented a detailed description of the

configuration and conceptualization of comorbidity between depression and the TOCP, the

design of the intervention plan based on the principles of cognitive-behavioral model to work on

the comorbidity and the impact of the intervention plan in the recovery of the patient’s

symptoms. It was concluded that in the course of the session, both the TOCP and depression

Latorre Suárez I.. 2012;

2

remained constant, without significant variations during the treatment, possible explanations in

this regard argue in the deep-rooted patterns that the patient presents, the intermittency of the

session and to the difficulty of intervening in an important factor in maintenance of the

symptoms, which is environment in which the patient lives and thrives.

Keywords: Depression, obsessive-compulsive personality disorder, cognitive-behavioral

interventions.

3

Hay una prevalencia muy alta de enfermedades mentales, una de las más importantes y

discapacitantes es la depresión mayor, que afecta a la población general y trae consigo una gran

carga económica tanto para pacientes y sus familias como para las empresas y los servicios de

salud.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por una combinación de

síntomas: tristeza, desinterés por las actividades, disminución de la energía, pérdida de la

confianza y la autoestima, sentimientos injustificados de culpabilidad, ideas de muerte y

suicidio, disminución de la capacidad de concentración y alteraciones en el sueño y la

alimentación, además incluye diversos síntomas somáticos, (informe sobre la salud mundial en

el mundo, OMS, 2001).

Por su parte, en la población colombiana, según datos del último estudio de salud mental, los

trastornos afectivos tienen una prevalencia del 15% en la población general, siendo la depresión

mayor la más frecuente, 8.6% en hombres y 14.9% en mujeres, (Ministerio de protección social,

2003). En tanto que, en otros estudios realizados en el país se encontró una prevalencia del

10% de depresión unipolar en los últimos 12 meses y del 8.5% en el último mes; en el primer

grupo se encontró mayor número de personas deprimidas en edades entre 46 a 60 años,

mientras que en el segundo grupo las personas que más presentaron depresión fueron los

mayores de 61 años, Gómez y cols. (2004).

Generalmente, el trastorno depresivo mayor no se encuentra como único trastorno en un

paciente, sino que suele coexistir con diferentes trastornos del Eje I, ó con trastornos del Eje II,

como los de personalidad, lo que convierte el trastorno en más incapacitante aún, más duro de

llevar para el paciente y más difícil de tratar para el clínico. Sobre los trastornos de la

personalidad, los estudios de prevalencia establecen un intervalo entre el 10.3 y el 15% siendo

muy variables según la población estudiada, el método de evaluación utilizado y el tamaño y

composición de la muestra. (Moreno y Medina, 2006,

Las altas cifras en prevalencia de los trastornos del Eje II indican la alta frecuencia con la que

dichos trastornos tienen lugar en la población general, lo cual hace necesario que en el momento

de evaluar a un paciente se haga énfasis y se de relevancia a la exploración de sus estructuras de

personalidad para determinar si hay o no un trastorno de personalidad de base, sobre todo en

los pacientes que tienen un trastorno de ansiedad o del estado de ánimo de larga duración y con

poca recuperación. Hay que tener en cuenta además, que estos pacientes no acuden al servicio

de psicología porque consideren que algo anda mal con ellos mismos, sino por cualquier otro

problema que se esté presentando en su vida en algunos de los ejes de domino y que no han

podido solucionar, o bien por síntomas asociados a los trastornos del Eje I.

Por su parte, según Sandoval (1999) quien hizo una revisión de varios estudios sobre la

comorbilidad de trastornos afectivos y de personalidad, hay una gran variabilidad en la

comorbilidad de estos dos trastornos que va desde 23 a 90% de los trastornos de personalidad

en los pacientes con depresión mayor.

Mientras que Viinamaky y cols. (2003), citado por Londoño y Ramírez (2005), estudiaron la

relación entre depresión y trastornos de la personalidad, analizando la comorbilidad entre estos

dos trastornos y la recuperación de la depresión, la muestra estuvo compuesta por 90 pacientes

de los cuales 30 tenían depresión mayor y un trastorno de la personalidad del Grupo C y los 60

restantes sólo depresión. Después de 24 meses de seguimiento se concluyó que aquellos

pacientes que presentan comorbilidad entre los dos trastornos estudiados, tuvieron menos

recuperación que el otro grupo.

Igualmente, en la investigación realizada por Prieto y cols. (2007) en el que buscaban identificar

la tripe relación entre trastorno del estado de ánimo, comorbilidad con trastornos de

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

4

personalidad y actitudes cognitivas disfuncionales, encontraron que la mayoría de los pacientes

(86%) presentaban una alta comorbilidad con trastornos de personalidad del grupo A y C,

específicamente en éste último grupo se encontró que el 48.6% de los pacientes depresivos

presentaban trastorno de personalidad por evitación, 48.6% por Dependencia, el 24.3% tenían

el trastorno de personalidad pasivo agresivo y el 27% de los pacientes tenían además de la

depresión el trastorno de personalidad Obsesivo-Compulsivo (TOCP).

En el caso de los pacientes que presentan además de la depresión mayor un trastorno de

personalidad, se hace más compleja la intervención, ya que además de las cogniciones propias

de la depresión, ésta se ve influida y mantenida también por las cogniciones imperantes de las

estructuras de la personalidad lo que hace más rígidas dichas cogniciones y por lo tanto más

difíciles de modificar. Generalmente la personalidad psicopatológica se ha asociado a

respuestas más pobres al tratamiento y a la cronicidad de la depresión, lo que origina que se den

constantemente recaídas o que el paciente se perciba permanentemente enfermo, (Fioroto y

cols., 1990; Lynch, 2004, citados por Moreno, 2006).

En esa misma línea, Londoño y Ramírez (2005) en un estudio que realizaron sobre las creencias

centrales en pacientes diagnosticados con depresión, encontraron que las personas con

diagnóstico depresivo presentan creencias que son específicas a ciertos trastornos de la

personalidad. Lo que mayormente se encontró en los pacientes depresivos fue un estilo

cognitivo de exigencia con grado muy elevado de rigidez y perfección frente a sí mismos y hacia

los demás, siendo estas creencias centrales del TOCP, además determinaron que estas creencias

constituyen uno de los componentes que más alteraba el estado de ánimo de estas personas.

Cuando hay coexistencia de estos dos trastornos las personas son muy proclives a sentirse

abrumadas y desesperanzadas, en gran medida debido a su rigidez, perfeccionismo y fuerte

necesidad de control, Beck (1995), estas características de personalidad también dificulta la

remisión de síntomas depresivos ya que actúan como un fuerte factor de mantenimiento a la

depresión, al igual que las cogniciones propias del TOCP que son significativas para estos

pacientes y nutren el trastorno depresivo.

Por otra parte, debido a los altos índices de prevalencia tanto del trastorno depresivo mayor

como del TOCP, teniendo en cuenta los pocos estudios que se han encontrado sobre la

comorbilidad de estos dos trastornos, especialmente en nuestro contexto y por la escases de

investigaciones encaminadas a proporcionar programas de intervención concretos para este

tipo de pacientes, se encuentra relevante realizar más investigaciones al respecto, encaminadas

por una parte, a establecer correlaciones entre los dos trastornos y a generar discusiones frente a

los mismos para proporcionar mayor comprensión de éstos, y por la otra, que busquen brindar

mayor conocimiento de la interacción de los dos trastornos mencionados que conlleven a

diseñar y fortalecer programas de intervención con enfoque cognitivo-conductual con

estrategias específicas para estos pacientes, ya que es de gran relevancia que exista referencias

investigativas en cuanto a programas de intervención y los resultados de los mismos en esta

población y en nuestro contexto.

Igualmente, se hace necesario conocer las dificultades que se puedan presentar para el avance

de la terapia como tal cuando existe un trastorno adicional en el Eje II, lo cual permitirá llevar

el conocimiento particular de un caso a un contexto general y tener mayor conocimiento del

trastorno con el fin de aportar datos importantes para futuras investigaciones y para establecer

intervenciones más específicas y personalizadas en estos pacientes.

Para contribuir, por lo menos en parte, a lo expuesto anteriormente se realiza una investigación

de tipo estudio de caso único en un paciente que presenta un trastorno depresivo mayor

recidivante y un TOCP asociados, en el cual se diseña un programa de intervención cognitivoconductual

y se analiza los resultados del mismo, con el fin que sirvan como referentes clínicos

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

5

e investigativos para futuras estudios, ayude a comprender el sustrato de estas enfermedades y

se pueda elaborar y mejorar planes de tratamiento más puntuales para estos pacientes.

Teniendo en cuenta lo anteriormente planteado, el objetivo general de este estudio fue describir

el proceso de intervención de terapia cognitivo-conductual para verificar la efectividad sobre la

comorbilidad de un trastorno depresivo mayor recidivante y un trastorno obsesivo-compulsivo

de la personalidad. Específicamente en esta investigación se pretendió: 1) describir la

configuración y conceptualización de la comorbilidad entre el trastorno depresivo mayor

recidivante y el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad a la luz del caso de un

paciente, 2) diseñar un plan de intervención basado en los principios del modelo cognitivoconductual

en donde se priorice los síntomas cognitivos (el esquema) que sostienen la

comorbilidad y 3) evaluar el impacto del plan de intervención mediante los cambios clínicos

generados en el esquema, en la depresión y las ideas de perfeccionismo identificados en el

paciente, teniendo en cuenta las puntuaciones del IBD, del BAI, del inventario de pensamientos

automáticos y del EMT, con los cuales se dio respuesta a las preguntas problemas planteadas

que fueron: ¿Cómo se explica la génesis de la comorbilidad entre los síntomas de un trastorno

depresivo del Eje I con la estructuración de un trastorno obsesivo-compulsivo de la

personalidad? y ¿Cuál es la efectividad del diseño de intervención de terapia cognitivaconductual

sobre la comorbilidad de la depresión mayor y el trastorno obsesivo-compulsivo de

la personalidad?

Método

Unidad de análisis: la unidad de análisis de la presente investigación es la intervención

cognitiva-conductual en la comorbilidad del trastorno depresivo mayor recidivante y el

trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad.

Diseño: el tipo de diseño utilizado es cuasi experimental de dos medidas pre-test y post-test,

estudio de caso único.

Muestra: hombre adulto, de 66 años de edad, extranjero, profesional en nivel de doctorado,

pensionado y casado hace 30 años

Técnicas e instrumentos de recolección, procesamiento y análisis de datos

Entrevista clínica, Registro de pensamientos automáticos disfuncionales. Observación

conductual directa, IBD, BAI, Cuestionario de esquemas maladaptativos tempranos (EMT),

Cuestionario de Esquemas (CIE), Inventario Clínico Multiaxial de Millón- MCMI-II, Inventario

de Pensamientos Automáticos – IPA. Por su parte, para el procesamiento y el análisis de los

datos obtenidos se utilizó el software SPSS versión 15.0 y los estadígrafos T de Student y

Pearson.

Procedimiento

Se seleccionó intencionalmente al paciente de la práctica privada de la investigadora, cuyo

criterio único de inclusión fue la permanencia y compromiso del sujeto para participar en la

investigación, quien autorizó firmando el consentimiento informado respectivo. Se estableció

que la investigación debía constar de dos fases: la primera fue de pre-test, se llevó a cabo

durante las primeras cinco sesiones, en las cuales se aplicó al paciente los instrumentos

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

6

utilizados en el estudio, con el fin de establecer la línea base con la evaluación de manera

objetiva de los síntomas problemáticos del paciente, así mismo, se realizó la conceptualización

de la comorbilidad encontrada en el paciente.

La segunda fase de la investigación que corresponde a la fase post-test, se aplicaron nuevamente

los instrumentos de evaluación para determinar los cambios terapéuticos a que hubo lugar. Los

datos obtenidos tanto en la fase de pre-test como de pos-test fueron llevados a una base de datos

elaborada con el programa SPSS versión 15.0 y analizados con los estadígrafos Pearson y T de

Student.

Resultados

Como respuesta al primer objetivo específico, se presenta a continuación la conceptualización o

formulación clínica del caso.

Paciente masculino de 66 años (se identificará con el nombre de Carlos), extranjero, vive hace

30 años en el país, Biólogo, casado. Consulta porque se siente muy mal, “tengo una depresión

crónica reactiva, me siento cansado, aburrido, ya no tengo fuerzas”, durante la entrevista se

observó decaído, sin aliento, con tono de voz demasiado bajo, postura inadecuada, hombros

caídos, encorvado en la silla, voz quebradiza, contenía el llanto, expresión facial de tristeza y

entrecejo fruncido, sin embargo su apariencia era adecuada y estaba orientado en espacio y

tiempo.

En Carlos se identificó: 1) alteración del estado de ánimo de tipo depresivo, manifestada por

tristeza, extrema sensibilidad social, pérdida de placer para disfrutar de las cosas que antes

disfrutaba, desánimo, fatiga expresada como falta de energía, baja autoestima, poca

autoconfianza, descuido de su apariencia personal, dificultad para concentrarse, dificultades

para conciliar el sueño de inicio o mantenerlo y problemas fisiológicos como dolor de estómago,

migraña, diarrea, mareo, fatiga, cansancio, gastritis, opresión y dolor en el pecho e insomnio.

2) respuestas ansiosas, evidenciadas por sensaciones fisiológicas, como taquicardia, sudoración,

palpitaciones, agitación, nerviosismo enorme “siento que pierdo el control de mi cabeza”, estrés

por cumplir con sus deberes, además miedo a la soledad, miedo a enfermarse (ante cualquier

dolor piensa que tiene cáncer o un tumor) y miedo a la muerte (por lo que según él, no se

suicida), pesadillas (como una película, implican persecución y algunas veces son sobre las

presiones del día). Y 3) ideas de perfeccionismo, que se muestran en pensamientos recurrentes

sobre la cultura en la que vive, sobre la honestidad, vivir una vida en armonía, en que la gente

haga bien las cosas, en que las personas sean cumplidas, sentimientos de rabia hacia el sistema y

la sociedad, autoexigencia por hacer las cosas rápido, se siente mal cuando no termina las

tareas o proyectos propuestos, presenta impaciencia, ya que se le dificulta esperar, se propone

algo y quiere terminarlo lo más pronto posible, se involucra en varios proyectos al mismo

tiempo. Estas ideas están desde que se vino a vivir a Colombia, ya que tuvo un choque de

cultura con lo que él estaba acostumbrado, por lo que sufre mucho cuando las cosas no

funcionan, cuando se encuentra con personas desleales o deshonestas, por las cuestiones

políticas y la sociedad en general.

Por otro lado, se han identificado algunas cogniciones distorsionadas en el paciente tales

como “soy un fracasado”, “si no hago algo van a hablar mal de mí”, “me faltan muchas cosas por

hacer”, “soy un fracaso social”, “uno no debe ser así tan malo” (refiriéndose a una noticia de

t.v.), “para mí no existe mañana”, “me siento muy mal cuando no he cumplido las tareas”, “estoy

cansado de esta vida”, “si haces algo tienes enemigos”, “no estoy preparado para esta Sociedad”,

“muchos sueños importantes no los he hecho, soy un perdedor”.

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

7

Al indagar sobre su historia, se recuerda como un niño triste, solitario, muy callado y tímido,

sin embargo, era muy curioso de lo que pasaba alrededor y le gustaba explorar, pero protegido

desde su propio aislamiento, le gustaba observar todo, pero que no lo vieran a él, además

gustaba mucho de leer y aprovechaba para entrar a la biblioteca de su casa cuando su padre no

estaba, ya que a éste no le gustaba que Carlos entrara allí. Aún sabiendo el gusto por la lectura

de su hijo sólo le regaló libros en algunas navidades. Su niñez estuvo marcada tanto por

carencias afectivas como económicas, ya que en esta época vivió la pobreza dejada por la

segunda guerra mundial en su país; su padre era un prestigioso juez y el único trato que tenía

hacia Carlos era para descalificarlo y humillarlo, le decía que era un fracasado y que no iba a

servir para nada, el resto del tiempo lo ignoraba; su madre por su parte era poco afectiva

también y no lo defendía, era una ama de casa sumisa, en tanto que su hermano menor enfermó

de meningitis cuando era niño y como consecuencia le produjo una parálisis, la madre volcó

toda su atención hacia éste, dejando más solo al paciente.

Se casó con la única novia que había tenido y tuvieron una hija, la relación no era muy buena, él

pasaba trabajando mucho, y esto era tema de reclamo por parte de su esposa, los problemas se

incrementaron cuando se vienen a vivir temporalmente a Colombia, al regresar a su país las

cosas empeoraron con el tiempo, hasta que ella decide abandonarlo, quedando Carlos solo y

viviendo en un cuarto en la universidad.

Luego acepta un trabajo en Colombia para abrir campo en un área específica en la universidad,

en parte por recomendación del psiquiatra en cuanto a que debía cambiar de ambiente, ya que

había tenido una crisis de estrés. Acá conoce a su actual esposa, se van a vivir juntos y nacen

dos hijos, los cuales en la actualidad tienen 26 y 22 años.

En este sentido, la alteración del estado de ánimo de tipo depresivo del paciente empezó a

constituirse en su infancia, debido a la baja tasa de refuerzo positivo que tenía y la alta tasa de

estímulos aversivos: poca afectividad por parte de la madre y las humillaciones y maltrato

psicológico por parte del padre; además como predisposición ambiental se observa el hecho de

vivir el problema de la guerra y haber vivenciado la destrucción y pobreza de la postguerra,

sumado a factores psicológicos como la baja autoestima, baja tolerancia a la frustración,

sentimientos de inferioridad y sentimientos de culpabilidad.

Por su parte lo que ha mantenido tanto la sintomatología depresiva como su característica de

personalidad obsesiva-compulsiva ha sido, que las cosas no salgan como él quiere, la

idealización que tiene de la sociedad, en la que no entra la colombiana, que no acepta que esta

cultura es diferente a la de él, los pensamientos recurrentes (obsesiones) sobre “el mundo ideal”,

la autoexigencia por cumplir, el ver noticias con contenidos negativos: asesinatos, pobreza,

suicidios, los pensamientos acerca de que no vale nada y de que es un fracasado, involucrarse en

proyectos constantemente y la etapa vital en la que se encuentra.

Así mismo, los problemas identificados en el paciente tienen una reciprocidad tríadica, ya que

tanto la conducta depresogénica como las respuestas ansiosas están sostenidas por sus ideas de

perfeccionismo, tanto hacia la sociedad como hacia él mismo, porque cuando las cosas no van

como él quiere o las ha planeado, o cuando algo se sale de sus parámetros perfeccionistas esto lo

lleva a caer en depresión o en ansiedad. Igualmente, el TOCP con sus ideas de

perfeccionismo, los esquemas y las conductas asociadas a él, como las autoexigencias y

esforzarse al extremo para cumplir con “su deber” son una sobrecompensación de la distorsión

“yo no sirvo para nada” y demás distorsiones asociadas a su trastorno depresivo, lo que a su vez

aumenta también las respuestas ansiosas cuando por el cansancio y malestar físico piensa que

no va a poder terminar las tareas autoimpuestas.

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

8

En ese mismo sentido, la depresión es la génesis de su TOCP, ya que la carencia afectiva que

tuvo el paciente desde pequeño y que se constituyó en uno de sus esquemas depresogénicos

junto con el de vulnerabilidad, así como, las creencias que se fueron gestando de fracaso e

incompetencia llevaron a que Carlos hiciera cosas y empezara a autoexigirse con el fin de

encontrar un poco de atención y afecto de sus padres, como practicar deportes y tener buen

desempeño en los mismos durante la adolescencia, pero nunca logró que su padre lo

reconociera, ni le expresara ninguna frase de elogio ante su desempeño.

Así siguió durante varios años, siempre queriendo demostrarle a su padre que él podía sin la

ayuda de él, fue cuando entró a la universidad y desde el principio se destacó por su buen

rendimiento académico, consiguiendo en este lugar el reconocimiento y el valor que no obtuvo

de su padre, ya que por fin empezó a obtener los frutos de tantos años de lucha por tener algo de

representatividad, lo que ayudó a que su TOCP se solidificara y se constituyeran en él sus

esquemas de estándares inflexibles y las distorsiones asociadas a ésta como “debo demostrar al

mundo que yo sí soy capaz”.

Por último, la conducta depresogénica y sus respuestas ansiosas tienen una interrelación entre

sí, ya que ante diversos eventos que le generan depresión, por ejemplo al darse cuenta que sus

amigos de infancia ya no son como él los idealizaba, empieza a pensar en lo que él se puede

convertir “en un anciano”, “que ya no pueda trabajar y producir más”, y comienza a

experimentar síntomas de ansiedad. De la misma forma cuando cae en ansiedad y siente todos

los síntomas fisiológicos de la misma, piensa que se va a morir, que no quiere quedar

“inservible”, se deprime porque no va a alcanzar a hacer todo lo que tiene pensando y planeado

y dejará de aportar y crear cosas para mejorar el mundo.

Dando cumplimiento al segundo objetivo de la investigación se presenta a continuación el plan

de intervención elaborado y ejecutado en el paciente.

Tabla No. 9. Plan de Intervención

PLAN DE INTERVENCIÓN

ÁREAS A

INTERVENIR

OBJETIVOS TERAPÉUTICOS PLAN DE INTERVENCIÓN

1. MEJORAR EL ESTADO DE ÁNIMO DEL PACIENTE

1. Identificar distorsiones

cognitivas

Definición de cogniciones. Autorregistro de

pensamientos. Flecha descendente. Biblioterapia

2. Evaluar las distorsiones

cognitivas identificadas

Examinar y someter a prueba de realidad las

cogniciones. Cuestionamiento de los

pensamientos irracionales.

3. Modificar distorsiones

cognitivas

Diálogo socrático

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

9

4. Disminuir el pensamiento

disfuncional

Definición de términos: “fracasado”, “perdedor”,

“estoy solo”. Análisis sincero de coste-beneficio.

Entrenar para ignorar las cogniciones.

Interrupción del pensamiento.

Cognitiva

5. Aumento de pensamientos

positivos

Técnica del continuo cognitivo.

1. Desarrollar habilidades de

autocontrol emocional.

Técnica de autocontrol emocional.

Afectiva

2. Favorecer expresión de

emociones

Expresión de sentimientos negativos

Entrenamiento en asertividad

Conductual

1. Participar en actividades de

interacción social.

2. Incrementar actividades de

ocio.

Recurrir al apoyo social que tiene el paciente.

Programación de actividades sociales agradables.

Programación de actividades.

Fisiológica

1. Disminuir síntomas

fisiológicos

Control de la respiración. Respiración

diafragmática. Relajación progresiva.

2. DISMINUIR LAS RESPUESTAS DE ANSIEDAD

Fisiológica 1. Disminuir sintomatología

fisiológica de la ansiedad.

Técnica de control de la respiración

Entrenamiento de relajación autógeno

Cognitiva

1. Disminuir distorsiones y

pensamientos automáticos

asociados.

2. Influir sobre el aspecto cognitivo

de interpretación errónea de la

ansiedad.

Diálogo socrático

Exploración de los estímulos estresantes que

rodean los síntomas ansiosos.

3. MEJORAR LA AUTOESTIMA DEL PACIENTE

1. Mejorar la autoestima del

paciente

Confrontación de distorsiones cognitivas

asociadas

4. FLEXIBILIZAR LAS CARACTERÍSTICAS PROPIAS DEL TOCP

1. Flexibilizar al paciente en cuanto

a: las ideas de perfeccionismo y

la dedicación excesiva al trabajo

con exclusión de actividades de

ocio.

Técnica del continuo cognitivo.

Cuestionamiento socrático. Resolución de

problemas.

2. Identificar, evaluar y corregir las

cogniciones distorsionadas, las

Cuestionamiento socrático

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

10

creencias disfuncionales y los

esquemas del paciente.

Técnica de distracción del pensamiento

5. RESOLVER LA COMORBILIDAD ENTRE LA DEPRESIÓN Y EL TOCP

1. Disipar la asociación entre la

depresión y el TOCP que

presenta el paciente.

Técnica del continuo cognitivo

Cuestionamiento socrático

Prueba de realidad

A continuación se presentan los resultados y su análisis, tanto en la fase de pre-test como en la

de post-test para abordar el tercer objetivo de la investigación.

Gráfico No. 1. Puntuaciones del Inventario de depresión de Beck (IBD) fases pre-test y post-test

Gráfico No. 2. Seguimiento periódico de las puntuaciones del Inventario de depresión de Beck

(IBD)

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

11

A lo largo del trabajo con Carlos le fue aplicado el Inventario de depresión de Beck (IBD) de

forma periódica con el fin de evaluar de forma objetiva su estado de ánimo. Los resultados

obtenidos en el IBD en cada una de las aplicaciones realizadas muestran una tendencia del

paciente a tener un estado de ánimo deprimido en un nivel leve, siendo éste la constante

durante la etapa de pre y post tratamiento así como en las sesiones de seguimiento.

Sin embargo, se observa algunas variaciones, en las aplicaciones No. 2 y 8 donde los resultados

del IBD se ubicaron en el rango más bajo del nivel (10), y la aplicación No. 7 cuyo resultado fue

el más alto obtenido por el paciente.

En las preguntas del inventario donde más se registra fluctuaciones son las No. 1, 2, 4, 6 y 11 que

son los ítems que evalúan tristeza, desánimo, pérdida de placer, culpabilidad e irritabilidad

respectivamente. Sin embargo otros ítems permanecieron constantes, tal es el caso de las

preguntas No. 8, 9, 17 y 20 que evalúan autocrítica, ideación suicida, fatiga y preocupación por

la salud, a las cuales el paciente dio una puntuación de 1.

Igualmente en otras preguntas se presentó ausencia de síntomas en el 50% de las aplicaciones

del inventario, esto es, fueron evaluadas por el paciente con 0 (cero), tales como las No. 3, 10,

12, 14 y 15 que evalúan sensación de fracaso, llanto, pérdida de interés, autoestima y cansancio

respectivamente; sin embargo, estas puntuaciones no pudieron mantenerse en todas las

sesiones, ya que en el otro 50% de las aplicaciones fueron valoradas por el paciente con 1.

Sin embargo, después de analizar las medias y la desviación típica, la significancia calculada fue

de 0.645, lo que indica que el tratamiento no modifica de manera significativa los niveles de

depresión, lo que se ve reflejado en las puntuaciones parejas en casi todas las aplicaciones del

IBD y los reportes del mismo paciente.

Por otro lado, en cuanto a las valoraciones subjetivas del paciente a su estado de ánimo

deprimido, es decir, las evaluadas por él en una escala de 1 a 10 siendo 10 el máximo nivel de

malestar (véase Tabla No. 11), tuvieron un comportamiento significativo, ya que en la mayoría

de las veces resultó estar por encima del valor medio, esto es, valoración de 6 en las sesiones

No. 13 y 15; de 7 en las sesiones No. 2, 5, 14 y 19; de 8 en la sesión No. 7 y la puntuación máxima

otorgada que fue de 9 en la sesión 11.

Gráfico No. 3. Valoraciones subjetivas de depresión

Sin embargo algo que llama la atención, es que las puntuaciones subjetivas de depresión indican

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

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mayor gravedad del estado de ánimo del paciente con respecto a los resultados obtenidos en el

IBD que siempre resultaban en el nivel leve, es decir, que la percepción de malestar o de

depresión del paciente daba para predecir una depresión de moderada a grave en el IBD; sin

embargo, sí se presentó congruencia entre las dos valoraciones (objetiva y subjetiva), ya que en

los momentos en que el IBD arrojaba puntuaciones más altas dentro del nivel, el paciente

punteaba más alto también subjetivamente y viceversa.

A continuación se presentan los resultados del cuestionario de ansiedad por el cual se evaluó

las respuestas ansiosas presentes en Carlos.

Gráfico No. 4. Seguimiento periódico de las puntuaciones del Inventario de ansiedad de Beck

(BAI) fase de pre-test, post-test y seguimiento.

Por otro lado, los síntomas fisiológicos de la ansiedad fueron valorados de forma objetiva por los

resultados del BAI aplicado al paciente, los cuales muestran en la fase de pre-tratamiento una

ansiedad de nivel leve en las dos primeras aplicaciones (No. 1 y 2) y no ansiedad en la aplicación

No. 3 de la misma fase. Posteriormente en la fase de tratamiento con la aplicación de técnicas

de intervención como la respiración abdominal, relajación autónoma y reestructuración

cognitiva a las distorsiones cognitivas asociadas a la ansiedad, se logró bajar la puntuación

logrando no ansiedad en las aplicaciones No. 4, 6, y 7; sin embargo, en la aplicación No. 5, se

incrementaron los síntomas ansiosos dando como resultado una puntuación de 14 en el BAI, lo

que indica ansiedad leve. Dicho aumento coincide con situaciones estresantes y noticias

desafortunadas para el paciente que sucedieron en esa semana, lo que generó molestia en

Carlos y activaron las cogniciones negativas relacionadas, lo que hizo que se reactivaran también

la sintomatología fisiológica de la ansiedad.

Por su parte, en la segunda fase o post-test los resultados obtenidos en el BAI fueron de 9 y 14

en las aplicaciones No. 8 y 9 respectivamente, el aumento de la ansiedad en la última aplicación

de esta fase concuerda también con situaciones que suceden en el entorno y de las cuales Carlos

no tiene el control, aumentando esto la sintomatología ansiosa.

No obstante, en las fases de seguimiento los síntomas disminuyeron notablemente, lo que

concuerda con la no presentación de eventos estresantes para Carlos en las semanas que

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012; 16:16 - http://hdl.handle.net/10401/5506

13

rodearon las fechas de aplicación, lo que indica que los síntomas ansiosos del paciente no

depende del tratamiento en sí, sino de factores que no se pueden controlar dentro del ambiente

terapéutico como son situaciones externas y en las que el paciente no tiene el control, como las

reacciones de las otras personas, trámites, malas noticias en el entorno, etc.

En cuanto a las ideas de perfeccionismo, éstas fueron evaluadas por el test de personalidad de

Millon, cuyos resultados se muestran a continuación.

Gráfico No. 5. Resultados del Cuestionario de personalidad de Millon (MCMI-II)

Se observa significancia, en la primera fase, en las escalas 1, 3, 5 y 8B, que corresponden a las

escalas esquizoide, dependiente, narcisista y autodestructiva o masoquista cuya puntuación

estuvo sobre la tasa base de 75 que indica la presencia de características de los tipos de

personalidad a que hacen referencia dichas escalas.

Así mismo, en las escalas 7 compulsiva, S esquizotípica, P paranoide, A ansiedad, H

histeriforme, D distimia, SS pensamiento psicótico, CC depresión mayor y PP delirios psicóticos

los resultados estuvieron por encima del punto de corte para el diagnóstico de estos trastornos o

síndromes, es decir las puntuaciones se ubicaron por encima de la tasa base de 84, que es la

indicativa para establecer diagnósticos de los diferentes tipos de personalidad que evalúa la

prueba.

En cuanto a las áreas en las que se divide el cuestionario, en las escalas básicas de personalidad

la puntuación más alta obtenida por Carlos fue en la escala compulsiva con una puntuación de

113, esta escala describe a sujetos forzados a aceptar las condiciones que les imponen los demás;

su conducta prudente, autocontrolada y perfeccionista deriva en un conflicto entre la hostilidad

hacia los demás y el temor a la desaprobación social; resuelven esta ambivalencia suprimiendo

el resentimiento, sobreaceptándose y estableciendo elevadas exigencias sobre sí mismos y los

demás (Winberg Nodal y Vilalta, 2009).

En el área de personalidad patológica, Carlos obtuvo una puntuación por encima de la tasa base

84 en la escala S esquizotipica (9 y P paranoide (100), por su parte, en el área de síndromes

clínicos de gravedad moderada, la escala de ansiedad fue de 100, la escala histeriforme fue de

110 y la escala de distimia fue de 122, siendo ésta la puntuación más alta obtenida en todo el

cuestionario.

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

14

Así mismo, en el área síndromes de gravedad severa compuestos por pensamiento psicótico,

depresión mayor, y delirios psicóticos, las tres escalas estuvieron por encima de 84, pero la más

alta fue la de depresión mayor con una puntuación de 101. Estas puntuaciones (las más altas

obtenidas) en las escalas que evalúan compulsión, distimia y depresión mayor sirven de soporte

para los diagnósticos establecidos en el paciente.

En cuanto a la segunda fase de la investigación se observó una ligera disminución en las

puntuaciones de las variables 1-esquizoide, 3-dependiente, 8B-autodestructiva/mazoquista,

S-esquizotípica, P-paranoide, A-ansisedad, H-somatoforme, D-distimia y CC-depresión mayor,

de las cuales las variaciones más significativas fueron en las escalas que evalúan las

características paranoides, de ansiedad y depresivas con cuatro puntos de diferencia, la escala

dependiente con seis puntos, la escala de distimia con siete puntos y la escala

autodestructiva/masoquista con diez puntos.

En tanto que la escala narcisismo aumentó la puntuación en la segunda aplicación y las otras se

mantuvieron iguales, es decir, la compulsiva, hipomanía y pensamientos y delirios psicóticos, las

cuales no mostraron ningún impacto ante la intervención aplicada al paciente.

Por otro lado, haciendo una correlación entre las variables contenidas en el test de personalidad

de Millon- MCMI-II que mostraron una puntuación por mayor de 74, con las valoraciones

obtenidas en el inventario de depresión de Beck IBD en la fase de post-tratamiento (ver Tabla

No. 14) se obtuvo una correlación positiva entre las variables esquizoide y esquizotípica,

dependiente y autodestructiva, compulsiva e hipomanía, esquizotípica y somatoforme, ansiedad

y distimia, ansiedad y depresión mayor, y, distimia y depresión mayor, dicha correlación indica

que si una variable tiene alguna variación la otra también la tiene, es decir, si una aumenta la

otra aumenta, o, si una disminuye la otra también lo hará. Por su parte se obtuvo una

correlación inversa en la variable compulsiva con los resultados del IBD y la variable de

hipomanía con los resultados del IBD, lo que significa que si las primeras disminuyen los

síntomas depresivos aumentan y si las primeras aumentan los síntomas depresivos disminuyen.

Lo anterior se refleja en el caso de Carlos en la relación de reciprocidad que se observa en la

depresión y en las características obsesivas-compulsivas de su personalidad, ya que la depresión

de él aumenta ante la presentación de cogniciones relacionadas con la culpa y el fracaso cuando

intenta no autoexigirse demasiado en cuanto a la realización de trabajo. Por el contrario

cuando aumentan las características obsesivas (ideas de perfeccionismo, inflexibilidad, etc), esto

actúa como estrategia compensatoria ante su depresión por lo cual ésta disminuye.

Por otra parte, fue evaluada también el área cognitiva de Carlos en cuanto a los pensamientos

automáticos y los esquemas maladaptativos tempranos, con el fin de determinar qué

cogniciones distorsionadas son los más influyentes en él y qué esquemas maladaptativos

constituyen la base de los trastornos diagnosticados. (Véase Tabla No. 14)

Tabla No. 14. Resultados del EMT

DOMINIOS ESQUEMAS

VALOR DE

REFERENCIA

PUNTUACIÓN

PRE-TTO.

PUNTUACIÓN

POST-TTO.

Abandono / pérdida 8.71 – 20.09 22 21

Falta de confianza 10.39 – 25-05 30 26

1. Desconexión y

rechazo

Carencia afectiva 6.11 – 21.75 32 32

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

15

Aislamiento 4.73 – 14.01 18 18

2.

Incapacidad de

autonomía

Vulnerabilidad

18.82 – 40.44

50 48

3.

De límites

insuficientes Limites insuficientes 12.56 – 28.74

36 36

Sometimiento 21.54 – 43.58 46 44

4.

De orientación hacia

los otros Aceptación

social/indeseabilidad 6.2 – 17.08

20 19

Culpa/castigo 9.69 – 19.75 23 22

5.

De sobrevigilancia e

inhibición

Estándares inflexibles 24.12 – 46-34 58 58

En los resultados encontrados en el EMT, los esquemas cuya puntuación es más alta que el

promedio de la población son el esquema de abandono/pérdida, falta de confianza, carencia

afectiva y aislamiento, esquemas éstos que pertenecen al dominio de desconexión y rechazo

propuesto por Young, de los esquemas inmediatamente nombrados, el que tuvo la puntuación

más alta fue el de carencia afectiva.

Otros esquemas que se salen de la norma con una distancia bastante significativa son los de

vulnerabilidad y estándares inflexibles que hacen parte de los dominios de incapacidad de

autonomía y de sobrevigilancia e inhibición respectivamente. Así mismo, se encontraron los

esquemas de límites insuficientes, sometimiento, aceptación social/indeseabilidad y

culpa/castigo, pertenecientes a los dominios de límites insuficientes, orientación hacia los otros

y de sobrevigilancia e inhibición respectivamente.

En la fase de post-tratamiento se presentó un ligero decremento en los esquemas de

abandono/pérdida, falta de confianza, vulnerabilidad, sometimiento, aceptación/indeseabilidad

y culpa/castigo, y aunque la variación no fue significativa, se considera un logro importante ya

que se logró modificar algunos de los esquemas que presenta el paciente, teniendo en cuenta

que éstos son considerados estables y duraderos y por lo tanto difíciles de cambiar.

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

16

Gráfico No. 7. Resultados del inventario de pensamientos automáticos

Por su parte, las distorsiones que se presentaron en Carlos tanto en la fase de pre-tratamiento

como en la fase de post-tratamiento fueron filtraje, pensamiento polarizado,

sobregeneralización, falacia de control, razonamiento emocional y los debería, de éstas las más

significativas fueron la primera (filtraje) y las dos últimas (razonamiento emocional y los

debería) en la fase de pre-tratamiento o de evaluación. Después de aplicadas las técnicas

cognitivas como el debate socrático, prueba de realidad y continuo cognitivo, se logró un leve

decremento en las distorsiones de filtraje, falacia de control, razonamiento emocional y los

debería, continuando con mayor significancia la primera (filtraje) y la última (los debería).

Finalmente, se consideró necesario evaluar también la autoestima del paciente dado las

cogniciones negativas reiterativas con respecto a su propia valía, por lo cual fue aplicado el

cuestionario CIE. A continuación se presentan los resultados obtenidos en esta escala.

Tabla No. 17. Resultados del CIE

De acuerdo con los valores obtenidos en la prueba, se observa un bajo puntaje en las

subpruebas que corresponden a la autoimagen y la autoestima, confirmando la disminución de

estas competencias en el paciente, lo que ya se había detectado en la entrevista clínica; sin

embargo, la deficiencia en estos dos aspectos no se consideraron como problemas del paciente,

SUBPRUEBA VALORES DE

REFERENCIA

PUNTUACIÓN

Autoconcepto 55.2 - 79.8 56

Autoimagen 35.89 – 50.29 30

Autoestima 53.1 – 77.9 48

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

17

sino como síntomas del estado depresivo de Carlos, ya que están relacionados con las

distorsiones cognitivas relacionadas e inherentes a la depresión.

Discusiones y Conclusiones

En el diseño del plan de intervención se tuvo en cuenta técnicas tanto cognitivas como

conductuales encaminadas a abordar y alcanzar los objetivos terapéuticos planteados para

mejorar la problemática del paciente en todas las áreas afectadas. En el área cognitiva se

aplicaron las técnicas de definición de cogniciones del paciente, autorregistros, flecha

descendente, biblioterapia, prueba de realidad, cuestionamiento socrático, interrupción del

pensamiento y técnica del continuo cognitivo para disminuir síntomas cognitivos relacionados

con el estado de ánimo depresivo del paciente, igualmente se hizo confrontación de las

distorsiones cognitivas para mejorar el autoestima de Carlos y diálogo socrático para disminuir

respuestas de ansiedad a nivel cognitivo.

En cuanto a las técnicas abordadas para intervenir sobre el TOCP y la comorbilidad entre éste y

la depresión fueron las técnicas del continuo cognitivo, cuestionamiento socrático, distracción

del pensamiento y prueba de realidad.

Para seguir la intervención sobre el estado de ánimo depresivo del paciente se incluyeron en el

plan de intervención, técnicas para trabajar en el área afectiva, éstas fueron la técnica de

autocontrol emocional y expresión de sentimientos negativos; en el área conductual,

entrenamiento en asertividad, resolución de problemas, programación de actividades sociales

agradables, programación de actividades y apoyo social; en el área fisiológica, técnica de control

de la respiración y relajación progresiva, éstas últimas junto con la técnica de relajación

autógena se incluyeron también para disminuir las respuestas de ansiedad presentes en Carlos.

Las diferentes técnicas utilizadas en el programa de intervención aplicado a Carlos, se

encuentran en distintos protocolos de intervención, como por ejemplo el planteado por Freeman

y cols., (1990), citado por Caballo (2008) para trabajar con pacientes con TOCP, en donde se

tienen en cuenta el entrenamiento en relajación, entrenamiento en solución de problemas,

detención del pensamiento, imaginación de cosas agradables o neutrales, programación de

actividades, registro de pensamientos disfuncionales, entrenamiento en autoinstrucciones,

identificación y sustitución de las suposiciones subyacentes al TOCP, al igual establecen tener en

cuenta procedimientos para aumentar la empatía del paciente.

Por otro lado, respecto al impacto que el plan de intervención diseñado tuvo en Carlos e pudo

concluir que a lo largo de las sesiones tanto el TOCP como la depresión manifestadas en el

paciente se mantuvieron constantes, sin variaciones importantes en el transcurso del

tratamiento. En cuanto a su depresión siempre aducía sentirse mal, manifestando todos los

síntomas depresivos en una intensidad bastante alta, según establecía el mismo Carlos, sin

embargo, al aplicar el IBD, el nivel de depresión era leve, incluso en varias ocasiones este nivel

estaba en el límite inferior, presentándose incongruencia entre la intensidad valorada por el

paciente y los resultados del inventario, no obstante, cuando el paciente manifestaba intensidad

elevada en su estado de ánimo, el IBD arrojaba, dentro de su nivel leve, el puntaje más alto,

evidenciándose concordancia entre las dos valoraciones.

Inicialmente se intervino sobre la depresión que es la génesis de su TOCP y sobre las respuestas

ansiosas, se hizo uso de varias técnicas cognitivas para evaluar y debatir las cogniciones

distorsionadas como “soy un fracasado”, “soy un perdedor”, “estoy solo”, “no valgo nada”,

sometiéndolas a prueba de realidad. Al final Carlos reconoció que sus cogniciones eran erradas

y no correspondían a la realidad, sin embargo, se volvían a presentar ante cualquier evento que

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

18

las activara como cuando trataba de descansar o no podía dedicarse a lo que quería que era

pintar cuadros “más elaborados”, ya que los que había hecho hasta ahora no lo eran, según él.

Así mismo, con técnicas cognitivas como el debate socrático, la prueba de realidad y el

continuo cognitivo, se trabajó en las distorsiones cognitivas y los esquemas identificados en

Carlos, logrando un ligero decremento en algunos de ellos, tales como los esquemas de

abandono/pérdida, falta de confianza, vulnerabilidad, sometimiento, aceptación/indeseabilidad

y culpa/castigo, y en las distorsiones de filtraje, falacia de control, razonamiento emocional y los

debería. Las variaciones logradas en la parte cognitiva tampoco fueron tan marcadas, debido a

que las estructuras cognitivas en el paciente se encuentran bastantes arraigadas y establecidas,

así como lo plantean los teóricos del tema quienes dicen que los esquemas maladaptativos

tempranos son extremadamente estables y permanentes y que además son fortalecidos por el

procesamiento de las experiencias posteriores (Young, 1994, citado por Riso, 2006), es decir que

a mayor edad de la persona más arraigados se encuentran los esquemas y por lo tanto se

presentan menos susceptibles y más difíciles de cambiar.

Esta baja respuesta al plan de intervención basado en el modelo cognitivo-conductual de Carlos,

es posible que se deba a la presencia del TOCP también diagnosticado en él, lo que hace más

difícil el tratamiento, esto se fundamenta en diferentes estudios donde se ha evaluado la eficacia

de la terapia cognitiva en pacientes depresivos con comorbilidad con trastornos de personalidad

como el realizado por Fournier, DeRubeis, Shelton y cols. (2008) en donde se estableció que en

la muestra estudiada cuyos pacientes tenían depresión moderada a severa, únicamente la

terapia cognitiva a corto plazo, sin antidepresivos, es relativamente poco adecuada para las

personas con un trastorno de personalidad comórbido, en esta investigación menos de la mitad

de las personas con trastorno de personalidad respondieron a la terapia cognitiva, sin embargo,

para las personas con depresión que no tenían diagnóstico de patología de la personalidad, la

terapia cognitiva fue particularmente eficaz en la reducción de los síntomas depresivos en

comparación con los antidepresivos.

Igualmente, en un artículo publicado en la revista científica The Brown University

psychopharmacology Update (2008), anotan que en pacientes con depresión y comorbilidad con

un trastorno de la personalidad, resultó ser más beneficioso el tratamiento con antidepresivos

que la terapia cognitiva en la reducción de los síntomas depresivos y que por el contrario, los

pacientes deprimidos sin trastornos de la personalidad tienen mayores beneficios con la terapia

cognitiva.

Por su parte, Viinamäki, Haatainen, Honkalampi y cols., (2006) en un estudio sobre los factores

más importantes en la predicción de no recuperación en pacientes con depresión mayor

establecieron que los desórdenes de personalidad es un factor de riesgo real para la no

recuperación, y referencian un estudio finlandés (Melartin y cols., 2004) con pacientes de

depresión mayor con 18 meses de seguimiento, en el cual se evidenció que los trastornos de

personalidad estaban asociados con el mal pronóstico de la depresión en estos pacientes; sin

embargo, reconocen que aunque los trastornos de personalidad se consideran factores

importantes asociados con la falta de recuperación, los mecanismos causales siguen sin

conocerse y plantean también que es posible que los pacientes con depresión mayor y un

trastorno de personalidad comórbidos no respondan tan rápido al tratamiento como aquellos

con un trastorno de depresión mayor puro.

En los estudios anteriormente referenciados aclaran que mientras que la terapia cognitiva es

muy eficaz en el tratamiento de pacientes con trastornos depresivos, ésta por sí sola no lo es

tanto en pacientes que además de la depresión, presentan un trastorno de personalidad. En el

caso de Carlos, aunque en ocasiones anteriores ya había sido valorado por psiquiatría y ha

estado medicado desde hace muchos años, en el curso del tratamiento fue necesario hacer la

Latorre Suárez I. Psicologia.com. 2012;

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interconsulta nuevamente, sin embargo, ni antes ni hasta ya avanzada la terapia, ha tenido una

buena adherencia al tratamiento, ya que no cumple a cabalidad con las dosis recomendadas,

suspende los medicamentos cuando él lo cree conveniente y/o en otras ocasiones se automedica,

aduciendo que: “no tengo disciplina cuando se trata de hacer algo para mí”. Igualmente, otro

indicador de la baja respuesta al tratamiento de Carlos, es el tiempo de aplicación de la terapia,

la cual tuvo una duración de 23 sesiones, las cuales no tuvieron continuidad semanal, debido a

las ausencias del paciente en algunos periodos.

Por otra parte, se recomienda que cuando haya coexistencia entre la depresión y los trastornos

de personalidad, el tratamiento cognitivo-conductual sea mucho más largo que cuando solo se

trata de pacientes deprimidos o con otro trastorno del eje I, con los cuales la terapia tiene una

duración de tres meses aproximadamente, ya que para obtener mayores resultados en pacientes

con estos dos trastornos es necesario que la terapia sea más larga, por lo que se requiere de más

tiempo para obtener una mejoría, (Colina y Rodríguez, 2008). Así mismo se por lo que se

considera necesario continuar con la intervención en Carlos por más tiempo para lograr cambios

más significativos.

Latorre Suárez I.. 2012;

EL DUELO

Posted by Javier Elizalde on 27. juni 2012 kl. 19.50

¿Qué es el duelo?

 

El duelo es la reacción emocional, física y espiritual en respuesta a la muerte o una pérdida. Las personas que están de duelo pueden experimentar los siguientes cambios:

•Sienten emociones fuertes, como la tristeza y la ira

•Tienen reacciones físicas, como falta de sueño o sensación de náusea

•Tienen reacciones espirituales frente a la muerte. Por ejemplo, algunas personas se cuestionan sus creencias y se sienten muy decepcionadas de su religión mientras que otras descubren que su fe es más fuerte que nunca

El duelo no siempre se relaciona con la muerte.

 

Existen muchos tipos de pérdidas y no todas tienen que ver con la muerte. Una persona también puede hacer duelo tras la ruptura de una relación íntima o después de que uno de los padres, un hermano o un amigo se muda.

 

El proceso de duelo lleva tiempo y las heridas se sanan gradualmente. La intensidad del duelo puede depender de si la pérdida fue inesperada y repentina, y de la relación que tenías con la persona que falleció.

 

Algunas personas escriben sobre el duelo y aseguran que se da en etapas, pero en realidad se suele sentir como "oleadas" o ciclos de dolor que van y vienen según lo que estás haciendo y si existen elementos que te hagan recordar a la persona que murió.

 

Si perdiste a un familiar cercano, como un padre o un hermano, es posible que sientas que te robaron el tiempo que deseabas pasar con esa persona. También puede resultar difícil expresar tu propia aflicción cuando los demás integrantes de tu familia también están afligidos.

 

Algunas personas pueden esconder su propia aflicción o evitar hablar de la persona que falleció, porque tienen miedo de entristecer a un padre o a otro integrante de la familia. También es natural sentirse culpable por una discusión pasada o una relación compleja con la persona que murió.

 

No siempre el duelo se debe a la muerte de una persona. La muerte de una mascota puede provocar fuertes sentimientos de aflicción. Algunas personas se sorprenden por lo dolorosa que puede llegar a ser esta pérdida. Pero los lazos de amor que compartimos con las mascotas son reales y los sentimientos de pérdida y dolor que tenemos cuando mueren también lo son.

 

Todos estos sentimientos y reacciones son normales. Pero ¿qué puede hacer una persona para superarlos? ¿Cuánto dura el duelo? ¿Alguna vez todo volverá a la normalidad? ¿Y cómo vas a seguir adelante sin la persona que falleció?

 

Enfrentar el duelo

 

Así como la gente siente el duelo de muchas maneras diferentes, también lo maneja de manera diferente.

 

Algunas personas buscan el apoyo de otras y encuentran alivio en los buenos recuerdos. Otras tratan de mantenerse ocupadas para alejar su mente de la pérdida. Algunas personas se deprimen y se alejan de sus amigos o evitan los lugares o situaciones que les recuerdan a la persona fallecida.

 

A algunas personas, las puede ayudar hablar con otros de su pérdida. Algunas lo hacen natural y fácilmente con amigos y familiares; otras hablan con un terapeuta profesional.

 

Algunas personas quizás no sientan ganas de hablar mucho del tema, porque les cuesta encontrar palabras para expresar una emoción tan profunda y personal, o se preguntan si hablar les hará sentir más dolor. Esto está bien, siempre y cuando encuentres otras maneras de hacer frente a tu dolor.

 

En algunos casos, la gente canaliza su dolor involucrándose en actividades peligrosas y autodestructivas. Hacer cosas como beber, drogarse o cortarse el cuerpo para escapar de la realidad de una pérdida puede aplacar el dolor, pero la sensación es únicamente temporal. La persona no está realmente enfrentando el dolor; simplemente lo está enmascarando, lo que hace que esos sentimientos se acumulen en el interior, prolongando el duelo.

 

Si el dolor parece empeorar, si sientes deseos de lastimarte a ti mismo o tienes pensamientos suicidas, habla con alguien en quien confíes y dile cómo te sientes.

 

Qué esperar

 

Puede parecer imposible recuperarse después de perder a un ser querido. Pero la aflicción mejora gradualmente y se vuelve menos intensa con el tiempo. Tal vez, saber algunas de las cosas que puedes esperar durante el proceso de duelo pueda ayudarte a superar el dolor.

 

Los primeros días después de la muerte de una persona pueden ser intensos, la gente puede expresar emociones fuertes, tal vez llorar o consolarse mutuamente y reunirse para expresar su apoyo y sus condolencias a quienes se ven más afectados por la pérdida. Es normal que sientas que "te estás volviendo loco" y que sientas mucha ansiedad, pánico, tristeza e impotencia. Algunas personas dicen tener una sensación de "irrealidad", como si estuviesen mirando el mundo desde un lugar lejano. Otras se sienten malhumoradas, irritables y con resentimiento.

 

La familia y los amigos suelen participar en rituales que pueden ser parte de su religión, su cultura, su comunidad o de sus tradiciones familiares (como servicios religiosos, velorios o funerales). Estas actividades pueden ayudar a la gente a superar los primeros días posteriores a la muerte y a honrar a la persona que murió. La gente puede pasar algún tiempo reunida conversando y compartiendo recuerdos de la persona que falleció. Esto puede extenderse por días o semanas después de la pérdida y los amigos y la familia traen alimentos, envían tarjetas o pasan a visitarte.

 

Muchas veces, la gente muestra sus emociones en este período. Pero, en ocasiones, una persona puede estar tan sorprendida o superada por la muerte que no demuestra las emociones en forma inmediata, aun cuando la pérdida sea muy terrible. No es nada raro ver a las personas sonriendo y hablando con otras en un funeral, como si nada triste hubiese ocurrido. Pero estar junto a otras personas que atraviesan el duelo puede brindar cierto alivio y recordarnos que algunas cosas continuarán igual que antes.

 

En algunos casos, cuando terminan los rituales asociados con el duelo, la gente puede sentir que deberían haber "superado" la pérdida porque todo parece haber vuelto a la normalidad. Cuando la gente que está de duelo regresa a sus actividades normales, puede resultarle difícil entregarse de lleno a las tareas de todos los días. Muchas personas vuelven a realizar sus tareas normales después de unos pocos días o de una semana. Pero si bien es posible que no hablen tanto de su pérdida, el proceso de duelo continúa.

 

Es natural continuar teniendo sentimientos y preguntas durante un tiempo después de la muerte de una persona. También es natural comenzar a sentirse un poco mejor. Depende mucho de la manera en que la pérdida afecte tu vida. Está bien estar afligido durante días, semanas, o incluso más tiempo, según cuán cercana era la persona fallecida.

 

No importa cómo elijas pasar tu duelo, no existe una manera correcta de hacerlo. El proceso de duelo es gradual y dura más en algunas personas que en otras. Puede haber momentos en los que pienses que nunca disfrutarás de la vida de la misma manera, pero ésta es una reacción natural después de una pérdida.

 

Cuidarte a ti mismo

 

La pérdida de un ser querido puede ser estresante. Cuidarte a ti mismo en cosas pequeñas, pero importantes, puede ayudarte a enfrentarla. Aquí hay algunas cosas que quizás te ayuden:

•Recuerda que la aflicción es una emoción normal. Debes saber que la aflicción puede desaparecer (y va a desaparecer)

 

•Participa en los rituales. Los servicios religiosos, los funerales y otras tradiciones ayudan a la gente a superar los primeros días y a honrar a la persona que falleció.

 

•Reúnete con otros. Incluso las reuniones informales de familiares y amigos brindan una sensación de apoyo y ayudan a la gente a no sentirse tan aislada durante los primeros días y semanas del duelo.

 

•Cuando puedas, habla de ello. A algunas personas les ayuda contar la historia de su pérdida o hablar de sus sentimientos. En ocasiones, una persona no tiene deseos de hablar. Eso también está bien. Nadie debe sentirse presionado a hablar.

 

•Exprésate. Aun cuando no sientas deseos de hablar, encuentra maneras de expresar tus emociones y tus pensamientos. Comienza a escribir un diario sobre los recuerdos que tienes de la persona que perdiste y de cómo te sientes desde la pérdida. O escribe una canción, un poema o un tributo a la persona que falleció. Puedes hacerlo de manera privada o compartirlo con otros.

 

•Haz ejercicio. El ejercicio puede cambiar tu humor. Puede resultar difícil sentirse motivado; por lo tanto, modifica tu rutina normal si es necesario.

 

•Aliméntate bien. Seguramente tengas deseos de saltear comidas o quizá no tengas hambre, pero tu cuerpo necesita comida nutritiva.

 

•Únete a un grupo de apoyo. Si consideras que puede interesarte concurrir a un grupo de apoyo, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar cómo unirte a uno. Lo que debes recordar es que no tienes por qué estar sólo con tus sentimientos o tu dolor.

 

•Expresa y libera tus emociones. Si tienes deseos de llorar, no te reprimas. No te preocupes si escuchar determinadas canciones o realizar algunas actividades resulta doloroso porque te trae recuerdos de la persona que perdiste. Esto es normal. Después de un tiempo, será menos doloroso.

 

•Crea un memorial o un tributo. Planta un árbol o una planta, o recuerda a la persona con algo saludable, como participar en una maratón o caminata a beneficio (por ejemplo, una carrera por el cáncer de mama) en honor del ser amado.

Conseguir ayuda para un duelo intenso

 

Si tu dolor no disminuye después de un tiempo de la muerte del ser amado, es posible que desees recibir ayuda. Si el duelo se transformó en depresión, es muy importante que se lo digas a alguien.

 

¿Cómo saber si el duelo está durando demasiado tiempo? Éstas son algunas de las señales:

•Has estado de duelo durante 4 meses o más y no te sientes mejor.

 

•Te sientes deprimido.

 

•Tu dolor es tan intenso que sientes que no puedes continuar con tus actividades habituales.

 

•Tu dolor está afectando tu capacidad para concentrarte, dormir, comer o socializar como lo hacías normalmente.

 

•Sientes que no puedes continuar viviendo después de la pérdida, o piensas en el suicidio, la muerte o en lastimarte a ti mismo.

En cierta medida, es natural que una pérdida haga que las personas piensen en la muerte. Pero si la pérdida ha hecho que pienses en el suicidio o en lastimarte a ti mismo de alguna manera, o si sientes que no puedes continuar viviendo después de tu pérdida, es importante que se lo digas a alguien de inmediato.

 

La ayuda de un terapeuta profesional puede serte útil, porque te permite hablar de tu pérdida y expresar sentimientos intensos. Muchos consejeros se especializan en trabajar con adolescentes que están luchando contra la pérdida de un ser querido y la depresión. Si te gustaría hablar con un terapeuta y no estás seguro por dónde empezar, pregúntale a un adulto o a un consejero escolar. Tu médico también puede recomendarte a alguien.

 

¿Alguna vez lo superaré?

 

Los amigos y familiares bien intencionados pueden decirle a una persona que está de duelo que necesita "seguir adelante" después de una pérdida. Lamentablemente, este tipo de consejo puede hacer que las personas duden en hablar de su dolor o que sientan que están haciendo un mal duelo o uno demasiado prolongado, o que no son normales. Es útil recordar que el proceso de duelo es sumamente personal e individual: no existe una manera correcta o incorrecta de hacer duelo. Cada persona necesita su propio tiempo para encontrar alivio.

 

Sin embargo, es importante que las personas que están atravesando un duelo no pierdan las ganas de vivir. Si no te gusta la idea de seguir adelante, tal vez la idea de "continuar" te parezca más adecuada. A veces, puede ayudarte recordarte a ti mismo continuar haciendo todo lo que puedas por el momento. Permítete estar triste e intenta no escaparte de tus emociones. Pero continúa haciendo cosas que normalmente harías, como estar con amigos, ocuparte de tu mascota, practicar ejercicio o hacer tus tareas escolares.

 

Seguir adelante y aliviar la aflicción del duelo no significa olvidarse de la persona que has perdido. Volver a disfrutar de la vida no significa dejar de extrañar a esa persona. Y cuánto tiempo pasará hasta que comiences a sentirte mejor no es una medida de cuánto amabas a esa persona. Con el tiempo, gracias al cariñoso apoyo de la familia y los amigos, y a tus propias acciones positivas, descubrirás maneras de enfrentar hasta la peor de las pérdidas.

 

Adolescencia y Drogas

Posted by Javier Elizalde on 21. marts 2012 kl. 8.35

La adolescencia es un momento particularmente vulnerable en la vida de un sujeto, debido al proceso de duelo por las figuras parentales de la infancia en que ella se inicia, y por ser un momento de "transición" entre la pérdida de éstas figuras de identificación y la búsqueda o el encuentro de unas nuevas.

A lo anterior se suman: la actual crisis cultural y el enfrentamiento con un mundo cada vez mas complejo y vertiginoso.

Existe además un verdadero "bombardeo" de la publicidad dirigido hacia este grupo etario, apetecible para el mercado; basta ver, por ejemplo, las propagandas de cerveza destinadas a jóvenes, y el aludido "encuentro" entre ellos si se las consume juntos.

Los adolescentes también afrontan en esta etapa la salida exogámica y el erotismo genital que los atemoriza. En diferentes pueblos y culturas, encontramos ceremonias y rituales de iniciación como forma de marcar en lo simbólico este pasaje de la niñez al "mundo adulto", en muchos casos como marcas en lo real, y en todos poniendo en juego lo real del cuerpo expuesto al sufrimiento y a la muerte.

Ahora bien, ¿qué sucede en una sociedad en la que se ha perdido la eficacia de los actos simbólicos que marcan esta salida de la niñez y esta entrada en la adultez? Es posible que en nuestra cultura actual, el alcohol y/o drogas juegue algún papel en este sentido para los adolescentes, en tanto "se es grande" por estar o por . Por otra parte, el alcohol como otras drogas "sueltan la lengua" y "dan ánimos" para "encarar" a un partenaire en el juego de la seducción inicial.

El alcohol - una droga socialmente aceptada - daría, desde la consideración de los jóvenes, la fuerza y el valor necesario para los primeros encuentros sexuales tan deseados y tan temidos. Entonces, se arma un escenario: la discoteque, como subrogado del altar, el monte o el lugar de exhibición de juegos públicos, en el cual mostrar algún emblema (por ejemplo: la lata de cerveza), permite a traves de un acto -el beber, y su consecuencia, la borrachera- sentirse grandes y pensar que están haciendo cosas de grandes.

Desde hace años circulan discursos que categorizan las adicciones como un problema de los jóvenes. Si bien la problemática se extiende a una franja que abarca desde los púberes hasta los adultos mayores, variando en la frecuencia, cantidad y tipo de sustancia, el inicio del consumo se produce mayormente en la adolescencia. El hecho de que ésta sea la etapa de la vida de mayor riesgo en el inicio del uso y abuso de drogas, puede explicarse por las características propias de ella, como parte de un proceso de profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales.

Los padres, a su vez, también sufren sus propias crisis. Algunas de ellas consisten en encarar diversos duelos –desprenderse del hijo niño, dejar de funcionar como un ídolo y aceptar una relación llena de críticas y ambivalencia, admitir su propio envejecimiento- y revivir aspectos de su propia adolescencia y de la relación con sus propios padres. Al mismo tiempo, deben hacer equilibrio entre no ser demasiado sobreprotectores o invasivos, ni demasiado permisivos y ausentes. Ahora bien, si la estructura psíquica y el sostén afectivo familiar del joven no logran soportar y contener tales estados, el consumo de alcohol y/o drogas que la sociedad y los grupos de pares ofertan les sirve para paliar el malestar y encontrar algunos momentos de alivio.

Hay que dilucidar para qué le sirve la droga y por qué no puede encontrar otra manera de encarar los obstáculos que se le presentan.

Los padres de los púberes y jóvenes a menudo preguntan cómo saber si su hijo "se droga". La respuesta no es sencilla, pero sin duda, una de las maneras es escuchándolo. Los adolescentes – y no sólo ellos- pueden hablar mejor del tema con quienes "saben" escuchar. Ciertas actitudes obturan la posibilidad de comunicación y son incompatibles con una disposición genuina de escucha. Cuando se juzga, se aconseja o sermonea en exceso, se critica o ridiculiza, no se toman en cuenta o se toman a la ligera sus opiniones, o bien existen grandes contradicciones entre lo que se dice y lo que se hace, se están colocando obstáculos en el vínculo con los hijos.

"Escuchar" no se trata sólo de interrumpir mientras el otro habla, sino de tratar de comprender lo que nos dice y quiere decirnos.

A grandes rasgos, algunas señales que pueden estar indicando el abuso de alcohol y/o drogas son la aparición de:

•fatiga

•quejas continuas acerca de su salud

•ojos enrojecidos

•tos constante

•cambios repentinos de humor y/o personalidad

•irritabilidad

•insomnio o somnolencia persistentes

•conductas de riesgo

•depresión

•desinterés generalizado

•falta de comunicación

•ausencias frecuentes

•problemas de disciplina en la escuela.

Sin embargo, no está de mas aclarar que muchas de estas manifestaciones pueden ser indicadoras de otros problemas. Si bien los padres pueden reconocer señales que sean expresión de dificultades, no se espera que ellos hagan el diagnóstico. El primer paso es consultar con un médico para estar seguros de que las señales que se perciben no sean efecto de causas orgánicas. Luego, conviene proseguir con una evaluación realizada por un profesional de la salud mental.

Para finalizar, es importante subrayar que, aunque no existen recetas para prevenir que los adolescentes contraigan una adicción, generar espacios de comunicación, dejando de silenciar cuestiones familiares, evitar comparaciones entre sus resultados y los de los demás (hermanos, compañeros, conocidos), facilitar su inclusión en actividades que permitan construir vínculos y pertenencias, y promover la elaboración de proyectos de vida, despliegan mayores posibilidades de que las dificultades que se vayan presentando a lo largo de esta etapa no sean desproporcionadas.

Caso Problema:

Analizaremos a continuación un caso problemático relacionado con las adicciones, que nos permita ir realizando reflexiones y críticas conjuntas sobre la base de hechos concretos.

En un club Social y Deportivo de la localidad de San Justo, tres jóvenes compran "cannabis sativa" (marihuana) a Pedro, de 15 años de edad, el cual es adicto y suele vender para conseguir ("salgo a procurar") sus dosis.

Los compradores son: José, de 13 años; María, de 18 años; y Carlos, de 22 años de edad.

Los tres jóvenes consumen la marihuana en las instalaciones del club, y un ordenanza, al verlos, llama a la policía.

María consumió toda la marihuana que había comprado, y fue detenida cuando deambulaba en estado de intoxicación a dos cuadras del club.

José y Carlos fueron detenidos en las instalaciones del club con gran parte de las sustancias que le habían comprado a Pedro.

1)

El abordaje necesario en cada caso surgirá luego de una entrevista exhaustiva con cada uno, y quizás no sea necesario abordaje alguno.

De hecho, en el consumo de drogas se diferencia entre uso, abuso o dependencia de la droga en cuestión. Es fundamental visualizar que cada ser es único e irrepetible, y por tanto es necesario una entrevista con cada uno en función de determinar el tiempo y compromiso de consumo.

Generalmente el imaginario social actual tiene a pensar que el uso de drogas lleva a una reacción en cadena que indefectiblemente culmina en una adicción, y ésta es una afirmación incorrecta. Quien hace uso no tiene por qué hacer abuso, y quien abusa no tiene por qué caer en una dependencia.

Además los chicos en cuestión se encuentran en diferentes momentos de vida, pasando por diferentes problemáticas dada sus edades cronológicas, y habría que indagar su historia personal y condiciones de vida actual. Lo relatado en el caso no nos indica que haya que realizar un abordaje en especial. Sí nos habla de Pedro, quien ya vende para procurar su dosis, y aquí puede haber una dependencia en tanto, con sus 15 años, busca un medio para procurarla. También el hecho relatado nos hace inferir la necesidad de procurar una intervención preventiva en el barrio y en el club para convocar a la reflexión.

Es una realidad que el ordenanza, en función de prevenir, victimiza a los chicos frente a la convocatoria de la policía que va a resolver la situación desde la perspectiva legal, condenando en forma diferente a cada uno de ellos, sólo por la tenencia, el lugar de consumo y las edades de cada uno. No se va a preocupar por el ser sino en el tener de la sustancia en cuestión, y de su carátula social en tanto ilegal o legal.

Desde nuestra perspectiva creemos que para que surja la dependencia son necesarios:

2.Antecedentes: una estructura psicológica con determinadas características, factores biológicos.....

3.Condicionamientos: el medio socio cultural al que pertenece el sujeto.

4.Desencadenantes: el momento traumático que promueve al consumo.

Si Pedro consume en forma abusiva, sabemos que debemos considerar que es un problema con multiplicidad de causas, y como tal debemos integrar, aceptar y tratar a quien lo padece. El tratamiento propuesto por el modelo ético-social creemos es conveniente en tanto se trata de una terapia que no busca eliminar el síntoma, sino remover de base la estructura patológica a través de la reconstrucción y elaboración de las situaciones traumáticas, luego reelaborar la dinámica familiar, y por último permitir y alentar la construcción de un proyecto vital propio del sujeto. La idea es realizar un tratamiento ambulatorio, pero no aislar al paciente de su medio, con dos sesiones terapéuticas y acompañamiento calificado de requerir mayor cuidado y protección, para facilitar al paciente su reorganización. Creemos que es bueno, según el caso, incluir una serie de entrevistas con los familiares, para asignarle tarea coterapéutica, o bien tratamiento familiar de ser necesario.

Sería bueno proponer en el club, a través del modelo ético-social, charlas para reflexionar en conjunto con adolescentes, padres, docentes, profesionales, sobre la génesis de una patología en la que la adicción aparece como un síntoma. La idea es en principio proponer unas charlas en el club donde ha ocurrido el episodio y están sensibilizados por la situación, y luego de ahí ver si es posible realizar esta propuesta preventiva en las escuelas u otros clubes de la zona. Lo importante sería generar una acción preventiva encuadrada dentro del modelo ético-social antes mencionado, donde se valoriza la escucha a fin de buscar valores potenciales, desestructurar modelos preexistentes, tomar conceptos y mediante la comunicación de tipo circular reelaborarlos e incorporarlos al repertorio personal del individuo. Ejecutar una acción preventiva es abandonar el lugar del saber absoluto, favoreciendo el protagonismo grupal, para hacer circular el cuestionamiento y así desmitificar a la droga, para ver lo que sucede detrás de ella en cada sujeto, ya que ésta es la real naturaleza del fenómeno.

2)

Analizar desde lo jurídico el delito cometido por cada uno y la pena correspondiente, nos ilumina la idea socio-política instalada, donde la droga aparece como demoníaca y con vida propia, cuando en realidad es dañina a partir de que un sujeto la ingiere. Es del sujeto de quien nos tenemos que ocupar, no del objeto. Lo que subyace a esta alianza es que se culpabiliza: "el que ingiere el objeto malo no solo se daña, sino que es culpable, y si es culpable hay que penarlo, exterminarlo".

María: 18 años, posiblemente nada, solo por estar en la calle y sin sustancia.

José: 13 años, sufrirá un arresto, se le abrirá una causa por tenencia y se lo obligará a tratamiento.

Carlos: 22 años, será arrestado y hasta encarcelado por ser mayor y poseer sustancia.

Pedro: 15 años, nada por no estar en el lugar, a manos que lo denuncien, pero al ser menor

3)

Luego de la intervención policial, cada muchacho va a vivir una problemática diferente en cuanto a lo legal, y a cada familia se le debe dar una contención que busque en principio derrumbar la culpabilidad familiar. Sería conveniente tratar con dos o tres entrevistas con cada familia, y luego generar un espacio de reflexión para ellos, atendiendo a que la familia, así como el individuo o sociedad, es un proyecto vivo. Un proyecto de vida que pasa por pequeños proyectos de la vida cotidiana, la que hacemos todos los días, sin quedar atrapados en ideales muy altos. Si pensamos que la familia no es una entelequia que no se sostiene por sí misma, es necesario darle una referencia para que sea continente y dar respuestas a sus integrantes. Necesita de una sociedad que la ayude a encontrar respuestas, que le dé contenido a sus propuestas a través de la escucha y la posibilitación en grupo. La adicción en un problema general y social que debemos integrar y articular para no cerrarnos y excluirnos.

Tratar de generar un espacio para elaborar propuestas, visualizar dificultades y alentar actividades participativas y creativas que revaloricen el valor "comunidad", para que la familia se instale en un lugar mejor sostenido.

4)

Insistimos que el modelo ético-social es el más conveniente en tanto no busca capacitar sino reflexionar, desarticular, pensar nuevas propuestas. Si el club es un lugar que convoca a los niños y adolescentes, es un buen lugar para generar participación de ellos sumados a padres y profesores, en función de pensar por el camino participativo a situar el problema en el sitio justo.

Enfrentar la drogadicción implica enfrentarnos con nosotros mismos, con nuestras concepciones y valores, actitudes y hábitos. No es pensar en enfrentar a un enemigo que viene de afuera, que podamos atacar y rechazar como si fuera un agente infeccioso. Necesitamos dar lugar a transformaciones que surgirán luego de cuestionar nuestras vidas y costumbres para no caer en intervenciones violentas que nos llevan a victimizar y victimizarnos.

5)

Si nos referimos a una intervención preventiva comunitaria en el barrio, ya de por sí la convocatoria en el club es prevenir. Si los grupos de reflexión en el club generan posibilidad de acceder a las escuelas esto sería interesante en tanto posibilita generar un espacio de reflexión con profesores y docentes que generalmente tienden a expulsar a los chicos-problemas, tanto si son violentos, como si consumen, o si tienen embarazos tempranos, etc. No son ellos los culpables de esto, sino una serie de propagandas y políticas que se encargan de ver a la droga como sujeto y no como objeto. El adicto remite a una serie de faltas que no son del momento. Su adicción tendrá que ver con algo anterior y con una serie de combinatoria de dificultades. En la escuela se debe dar lugar de pertenencia, lugar de escucha, de entendimiento. El adolescente sufre cambios importantes en la identidad y en las relaciones con los otros, implica el nacimiento de nuevos vínculos y espacios de sociabilidad diferentes a los familiares. Necesitan desplegarse, hacer algo propio, y las instituciones deberían escuchar y abrir el juego en las decisiones que afectan la vida y futuro de todos ellos. La sociedad no debería estigmatizar, impedir, evitar, sino aceptar las diferencias, ampliar los espacios de decisión, de diálogo y construcción colectiva, en los que los adolescentes encuentren su lugar desde sus particularidades y anhelos, para dar lugar a la práctica de su ciudadanía.

Por lo expuesto, es útil acceder a las escuelas como forma de prevención comunitaria barrial, en tanto es una institución que da lugar a la socialización secundaria de los chicos.

6)

Si entendemos que toda propuesta preventiva no es azarosa y se diseña desde un encuadre teórico-conceptual, con un marco ideológico, es necesario explicar por qué en el trabajo adherimos al modelo ético-social,

Este modelo, basado en una sociología crítica, define a la droga como un significante social que encubre y hace que no nos preguntemos por el sentido.

Considera la adicción como síntoma y centra la atención en el individuo que padece de múltiples causas. Su abordaje tiene en cuenta antecedentes, condicionamientos y desencadenantes. Busca que las drogas no sean protagonistas, sino el individuo, la familia y la sociedad.

A nivel preventivo plantea una intencionalidad transformadora, al problematizar el significado social del consumo y cómo se naturaliza éste en el imaginario social. Propone articular acciones interdisciplinarias e intersectoriales, reivindicando el protagonismo de todos los actores sociales a través de una elaboración común y solidaria.

El consumo de drogas representa el malestar cultural en la vida de los pueblos. Somos sujetos con derechos y responsabilidades que merecemos protección y garantías. Actualmente, el mundo globalizado y basado en el consumo no respeta nuestra autonomía, se contradice en los valores que nos enseñan y nos infantiliza; además nos hace creer en oportunidades igualitarias que carecen de sentido y son inexistentes, ya que el diferente es marginado y expulsado.

Se condena el consumo y se fomenta el consumismo. La droga en el lugar del sujeto facilita el hallazgo de un enemigo para reeditar la dinámica de inclusión y expulsión.

Toda esta lectura social hace que su modelo sea a nuestro entender mucho mejor que el ético-jurídico, el médico-sanitarista o el psico-social. Quizás tengamos que adentrarnos en el modelo geopolítico-estructural para calificarlo mejor.

Claudia Montes de Oca

TRASTORNOS DE LA PERSONALIDAD

Posted by Javier Elizalde on 5. marts 2012 kl. 9.35

Antes de enunciar los patrones característicos que involucra un trastorno de personalidad según el DSM IV – Manual diagnostico y estadístico de trastornos mentales, vamos a enunciar una definición sintética de personalidad y recordaremos los conceptos básicos definidos en el anterior documento “Teoría de la personalidad (del cambio personal)” para los cuales definiremos el estado que asumen esos factores personales en cada tipo de trastorno especificado.

Personalidad : La personalidad es un constructo psicológico que tiene su inicio en la niñez con la construcción de la relación con uno mismo, el mundo y los demás. Constitucionalmente tenemos un núcleo instintivo afectivo que en convergencia con nuestro organismo se constituye en el temperamento. Desde el núcleo instintivo afectivo se edifica la personalidad humana y es la fuente de los deseos y apetencias propias de la especie que se hereda junto con todo el patrimonio genético.

Acompañando a la evolución física del organismo y en especial con las capas superiores del cerebro, los seres humanos desarrollamos la capacidad cognitiva e inteligencia que junto con el aprendizaje familiar, social y las experiencias personales asimila formas de respuesta propias y produce transformaciones y adecuaciones a las tendencias instintivas y con ello se posibilita la adaptación a las normas en el medio social y la convivencia. La convergencia de estos factores conforman la personalidad humana, que seria la expresión de todo ese conjunto en el medio social, como un todo indisoluble que es la expresión del ser en el medio humano impulsado por sus características propias constitutivas y adaptadas a las normas sociales convencionadas.

Autoconcepto – Es como nos percibimos a nosotros mismos en relación con el entorno y los demás. Se construye como producto de nuestra capacidad de autopercepción e influenciado por la crianza, el aprendizaje social, las experiencias personales, nuestro aspecto ideal, el resultado de nuestras acciones humanas y también por las opiniones recibidas de los de los demás.

Percepción de los demás - Tendencia de cómo se percibe a los demás, influencia su construcción las experiencias familiares iniciales y las experiencias fuera de nuestro hogar, tiene influencia en nuestra seguridad interna en base a nuestras capacidades, frente a los demás, en las relaciones interpersonal y sociales.

Aspecto predominante - Es la respuesta típica y personal frente a los hechos que definimos en el documento anterior como de características especiales y que comprometen nuestros recursos internos al máximo, integra la estructura del carácter. Para muchos casos de personas que padecen trastornos de personalidad, hechos que quizás pueden considerarse comúnmente como triviales, asumen la característica de especiales por el impacto que provoca en la persona y cuya respuesta impide su adaptación.

 

Mundo o clima interno - Es el resultado que la dinámica interna de nuestra personalidad deja en nuestra conciencia y por lo tanto es un estado que involucra lo mental, lo emocional y sensorial. Los pensamientos, sentimientos y emociones que tenemos conforman una energía dentro nuestro que tiene cierta característica personal y calidad que fue definida su conformación en el documento “Teoría de la personalidad (del cambio personal)”, que es afín al clima interno de otras personas, lugares y hechos. Esta energía tiene la capacidad de atraer hechos y circunstancias hacia nosotros, alimentar la ideación y la construcción del pensamiento y con esto la toma de decisiones, también influye en las necesidades que buscamos satisfacer.

DEFINICIONES DEL DSM IV - MANUAL DIAGNOSTICO Y ESTADÍSTICO DE TRASTORNOS MENTALES

Un trastorno de la personalidad es definido en este manual por las siguientes características de personalidad :

• Patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta,

• Es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto.

Los trastornos de la personalidad se exponen a continuación.

Trastorno paranoide de la personalidad

Es un patrón de desconfianza y suspicacia que hace que se interpreten maliciosamente las intenciones de los demás.

Trastorno esquizoide de la personalidad

Es un patrón de desconexión de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional.

Trastorno esquizotípico de la personalidad

Es un patrón de malestar intenso en las relaciones personales, distorsiones cognoscitivas o perceptivas y excentricidades del comportamiento.

Trastorno antisocial de la personalidad

Es un patrón de desprecio y violación de los derechos de los demás.

Trastorno límite de la personalidad

Es un patrón de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y los afectos, y de una notable impulsividad.

 

Trastorno histriónico de la personalidad

Es un patrón de emotividad excesiva y demanda de atención.

Trastorno narcisista de la personalidad

Es un patrón de grandiosidad, necesidad de admiración y falta de empatía.

Trastorno de la personalidad por evitación

Es un patrón de inhibición social, sentimientos de incompetencia e hipersensibilidad a la evaluación negativa.

El trastorno de la personalidad por dependencia

Es un patrón de comportamiento sumiso y pegajoso relacionado con una excesiva necesidad de ser cuidado.

Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad

Es un patrón de preocupación por el orden, el perfeccionismo y el control.

Trastorno de la personalidad no especificado

Es una categoría disponible para dos casos:

1) el patrón de personalidad del sujeto cumple el criterio general para un trastorno de la personalidad y hay características de varios trastornos de la personalidad diferentes, pero no se cumplen los criterios para ningún trastorno específico de la personalidad;

2) el patrón de personalidad del sujeto cumple el criterio general para un trastorno de la personalidad, pero se considera que el individuo tiene un trastorno de la personalidad que no está incluido en la clasificación (p. ej., el trastorno pasivo-agresivo de la personalidad).

Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos que se basan en las similitudes de sus características.

El grupo A - Incluye los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos.

El grupo B - Incluye los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables.

El grupo C - Incluye los trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o temerosos.

Hay que señalar que este sistema de agrupamiento, si bien es útil a efectos de investigación o docencia, tiene importantes limitaciones y no ha sido validado de forma consistente. Además, es frecuente que los individuos presenten al mismo tiempo varios trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.

CARACTERISTICAS DIAGNOSTICAS

Los rasgos de personalidad son patrones persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. La característica principal de un trastorno de la personalidad es un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y que se manifiesta en al menos dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad interpersonal o del control de los impulsos (Criterio A).

Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales (Criterio B) y provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo (Criterio C). El patrón es estable y de larga duración y se puede descubrir que su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta (Criterio D). El patrón no es atribuible a una manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental (Criterio E) y no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, una medicación o la exposición a un tóxico) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal) (Criterio F). También se proporcionan criterios diagnósticos específicos para cada uno de los trastornos de la personalidad incluidos en esta sección. Los ítems en cada grupo de criterios para cada uno de los trastornos de la personalidad específicos son enumerados en orden de importancia diagnóstica decreciente según los datos relevantes sobre eficiencia diagnóstica (cuando existen).

El diagnóstico de los trastornos de la personalidad requiere una evaluación de los patrones de actividad del sujeto a largo plazo, y las características particulares de la personalidad han de estar presentes desde el principio de la edad adulta. Los rasgos de personalidad que definen estos trastornos también tienen que diferenciarse de las características que surgen como respuesta a estresantes situacionales específicos o a estados mentales más transitorios (p. ej., trastornos del estado de ánimo o de ansiedad, intoxicación por sustancias). El clínico tiene que valorar la estabilidad de los rasgos de personalidad a lo largo del tiempo y en situaciones diferentes. La evaluación también puede verse complicada por el hecho de que las características que definen un trastorno de la personalidad en ocasiones no son consideradas problemáticas por el sujeto (p. ej., los rasgos son a menudo considerados egosintónicos). Para ayudar a salvar esta dificultad, es útil la información aportada por otros observadores.

CRITERIOS DIAGNOSTICOS GENERALES

A. Un patrón permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto. Este patrón se manifiesta en dos (o más) de las áreas siguientes:

(1) cognición (p. ej., formas de percibir e interpretarse a uno mismo, a los demás y a los acontecimientos)

(2) afectividad (p. ej., la gama, intensidad, labilidad y adecuación de la respuesta emocional)

(3) actividad interpersonal

(4) control de los impulsos

B. Este patrón persistente es inflexible y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales.

C. Este patrón persistente provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.

D. El patrón es estable y de larga duración, y su inicio se remonta al menos a la adolescencia o al principio de la edad adulta.

E. El patrón persistente no es atribuible a una manifestación o a una consecuencia de otro trastorno mental.

F. El patrón persistente no es debido a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a una enfermedad médica (p. ej., traumatismo craneal).

Para una información mas ampliada ver : DSM IV - Manual diagnostico y estadístico de trastornos mentales

ASPECTOS GENERALES RELACIONADOS A LOS TRASTORNOS

En esta parte analizamos las características generales para todos los trastornos de personalidad en función de los conceptos definidos en nuestro documento “Teoría de la personalidad (del cambio personal)” y recordados en las primeras líneas de este documento.

Podemos observar que términos generales quienes padecen un trastorno de personalidad, de su Autoconcepto, derivan factores que lo perturban internamente y que alimentan el consciente de manera que este se estreche este a pocas ideas y pensamientos que giraran en torno a esa autopercepción perturbada. Puede la persona no conocer el origen por provenir de su inconsciente y rumiar en busca de explicaciones que alimenten reacciones de disconformidad con sigo mismo y que impulsen conductas desadaptadas.

Se presentan en su Autoconcepto aspectos relacionados a debilidad, vulnerabilidad, confusión, victimización, sensualismo, superficialidad, superioridad, arrogancia, sensación de incapacidad, temor o meticulosidad. Todo estos factores derivan en que la persona que padece un trastorno de personalidad no se siente igual a los demás y de la relación consigo autopercibe una afectación que alimente sensaciones y estados de ánimo que generan malestar y conflicto.

Internamente se encuentran, por como se perciben a si mismos, sobrecargados con emociones negativas, angustia, culpabilidad y preocupaciones que perturba su estado de animo y su autorreflexión. Esto les impide abordar las situaciones de la vida con equilibrio y facilita responder a ellas de una forma desadaptada que trae como resultados afectaciones en las distintas áreas de su vida y en sus entornos de pertenencia, viéndose así afectada su capacidad de acción humana. Los resultados en su vida de las consecuencias sobre sus áreas de vida afectada, así mismo, retroalimentan la distorsión de su autoconcepto.

Su actitud hacia ellos mismos puede que no sea una actitud tolerante y fácil de llevar internamente, llegando a menospreciarse o sobreestimarse según sea el tipo de trastorno, en una ausencia de equilibrio en relación a su autoconcepto.

En relación a como perciben a los demás, estos se constituyen en un problema, ya sea para acercarse o alejarse según el tipo trastorno, para violentarlos con finalidad de beneficio u otras tendencias derivadas de cada trastorno especifico. Entre la persona y los demás se crea una percepción de existencia de una barrera y separación anormalmente e irracionalmente configurada como imagen interna, que se sustenta en creencias irreales, que también son influenciadas por su autoconcepto distorsionado. La relación con los demás les genera ansiedad e inquietud y la percepción de los demás o las vivencias derivadas de las relaciones interpersonales, son en muchos casos desencadenantes de síntomas sin existir una casa justificada de malestar o bien, en caso de existir según los sucesos interpersonales vivenciados, generan un impacto emocional de mucha intensidad que facilita la respuesta desadaptada típicas e inflexible de cada trastorno. Según el tipo de trastorno pueden percibir a los demás como malvados, distintos, molestos, peligrosos, inferiores, desordenados y como resultado se perciben distantes de los demás.

Con respecto al Aspecto predominante, en este caso particular de quienes padecen trastornos de personalidad, configura la respuesta permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas socialmente convencionadas y es estable a lo largo del tiempo, se constituye en el alimento de su conducta hacia los demás y el mundo externo, que deteriora las áreas de su vida e imposibilita su adaptación, pudiendo no reconocer esta tendencia personal pero ser su modo de desenvolvimiento natural sin poder evitarlo. Afloran respuestas de ira, desconfianza, aislamiento, violencia, impulsividad, autodestructividad, desregulación emocional, hiperemotividad, arrogancia según el tipo de trastorno.

En estas circunstancias personales el Mundo o clima interno esta afectado y se conforma una energía o atmósfera que genera sensaciones y estados afectivos desplacenteros en su interno. De la dinámica de sus pensamientos, sentimientos y emociones se conforma este estado o clima interno. En su ámbito de desenvolvimiento, en su cohesión con otros y en sus experiencias externas e internas, estará presente este clima o estado influenciando todo, tendrá cierta variabilidad o podrá evadirse de variadas formas pero esa será la tendencia que predomina en su interior. El mismo será según el tipo de trastorno, tenso, alerta, rumiante en búsqueda de respuestas, desviado de la realidad, exaltado, neurótico, Inquieto, autorreferente, bloqueado, ansioso, invadido por temores u obsesiones, por lo tanto su clima interno estará afectado.

 

Podemos concluir que una persona que padece un trastorno de personalidad se encuentra con un severo conflicto con la vida, inmerso en un problemática crítica y sus respuestas internas y externas le dificultan el logro de sus objetivos personales. Al margen de las cuestiones diagnosticas o explicativas lo que padece una persona con un trastorno de personalidad padecen un profundo dolor y una incapacidad para responder ante los eventos de la vida de la forma que socialmente se espera, factor que es percibido por la persona y a su ves se le constituye en una carga difícil de aceptar y asumir.

Las personas que padecen trastornos de personalidad no son alienados ni son lo que comúnmente y en forma ignorante es denominado como locos, simplemente tienen una afectación en el constructo psicológico que constituye su personalidad, tienen respuestas naturales que no pueden evitar, ya que así se establecieron en su interno por la influencia de traumas, aspectos fisiológicos o del aprendizaje y que les produce una discrepancia con lo socialmente esperado. Mucha gente ignora la existencia de estos padecimientos y puede confundir un síntoma característico con la existencia de una intencionalidad premeditada, respondiendo de diversas formas agresivas o discriminatorias que suman afectación a las áreas de vida de la persona, que esta padeciendo aparte de un trastorno específico un gran dolor e imposibilidad respecto al abordaje de su vida.

Los trastornos de personalidad en manos de psiquiatras especializados, por mas graves que sean, tienen muy buenas expectativas de pronostico. En principio se tratan con medicación para atenuar los síntomas y con el apoyo de una psicoterapia adecuada puede la persona que lo padece identificar y reaprender los contendidos de creencias irracionales en que se sustentan sus síntomas y respuestas desadaptadas, fortalecer su capacidad de autocontrol y poder superarse internamente modificando por medio de su voluntad y su autorreflexión, junto al apoyo clínico y psicoterapéutico, su conflicto con la vida.

Respecto a la persona que padece el trastorno esta tiene que armarse de valor y decisión para afrontar su realidad, aceptarla conscientemente y darse cuenta que el origen de muchos de los problemas de su vida se encuentra en su interno y que mediante el apoyo adecuado mencionado pueden superarse y poder lograr reducir su conflicto con la vida.

Adjunto con este documento se encuentra una tabla Excel en donde analizan todos los trastornos especificados de personalidad.

 

 

 

 

 

Bibliografía leída para abordar los temas de todos los documentos

Conocimiento de la vida – Madú Jess

Teorías de la personalidad – Jess y Gregory j Feist

Los Complejos y el Inconsciente - Carl Gustav Jung

El Hombre Y Sus Símbolos - Carl Gustav Jung

Formaciones De Lo Inconsciente - Carl Gustav Jung

Psicopatológica y semiológica psiquiatrica – Ricardo Capponi

Teorías del aprendizaje – Pablo Cazau

Manual de psiquiatría – Dr, Juan C Betta

¿Qué es la personalidad? Gordon Allport

Trastornos de personalidad – Prof Dr Nestor Koldovsky

Punto crucial – Fritjof Kappra

El arte de amar – Erich Fromm

Salud mental infanto juvenil – Ovidia Rodríguez Méndez

La trampa de los manipuladores – Gloria Husmann, Graciela Chiale

Manual de psicoterapia cognitiva - Juan José Ruiz Sánchez y Justo José Cano Sánchez

 

 

 

Depression

Posted by Javier Elizalde on 1. marts 2012 kl. 2.25

Introduction

"Behind the mask of a difficult adolescence, is the face of a society difficult, hostile and do not want to understand," A. Aberasturi "(Rivero, s.f. to. 1)

The issue of depression is very controversial because it refers to a mental disorder characterized by feelings of worthlessness, guilt, sadness, helplessness and hopelessness, which is presented in both men and women of all social classes. Speaking of depression, no doubt, is a topic that is not exhausted given the impact it has on every act of our daily lives. Depression in adolescents is more common than is supposed, especially today where our society and the nuclei more direct influence on the adolescent, such as family and school, did not have the appropriate limits, not allow to define their identity and this frustration often leads to depression.

Specifically, the issue of depression helps us as teachers, given our relationship with adolescents (students) to understand why certain behaviors and / or attitudes, while giving us guidelines to assist in the best of our ability to a student with depressive symptoms. Therefore we sought to analyze the most relevant points first trying to understand the depression itself, its nature, existing types and symptoms presented by the person suffering from depression, for avocar podernos hence further in the depression during adolescence, prevention and treatment. It was also considered important to address the issue of suicide, common in adolescent depression.

The sources include books but most of all articles that focus specifically on teen depression, symptoms characteristic for identification and risk factors. We drew attention to two articles in particular: that of Christman, a researcher at the UNAM that focuses on the problem of suicide and the Strock which makes a thorough analysis of the different treatments. Similarly, it sought to review the current situation in Mexico in relation to depression in adolescence.

Depression

Concept and nature

Already in antiquity, Hippocrates described the psychological state would later be called depression and that he appointed as melancholy. While not necessarily a disease, depression is often related to mental and physical disorders and is considered the most common psychiatric disorder. It directly affects mood presenting a decrease in the daily activities of life. "It manifests itself through lack of will to work, tasks and other activities. In the affective side, is expressed with sadness, existential emptiness, self-blame and loneliness in the mind creates obfuscation, pessimism, dark thoughts and insecurity. " (Anonymous, 2001, June 6, para. 2).

Edward Bibring proposed a model of depression based on the conflict involving the emotional expression which leads to both a state of desvalidamiento and helplessness of the self. According to Bibring ess characteristic of people with depression:

A. - "The desire to be valued, loved and appreciated.

2. - The desire to be strong and be safe.

3. - The desire to be good and kind. "(Quoted in Rivero, nd to 3)

These desires to be accepted socially contradict the fact that the depressed person tends to be isolated.

Multiple factors are associated with the onset, duration and recurrence of depression.

a) Biological factors: children or adolescents with a depressed parent or both parents have two to four times more likely to develop a depressive disorder, respectively. Frequently associated with low brain neurotransmitter, serotonin more than the adrenaline caused by alterations in the functioning of the hypothalamus and the secretion of hormones by taking above normal endocrine and immune to (Guerra, 2000).

b) Socio-cultural factors: external factors such as family and include parental depression, conflict and early death or divorce of a parent, situations that create stress and affective disorders caused by loss of the bonds.

c) Psychological factors: conflicts arising from or arising from childhood disorders, as this is the stage at which the child is susceptible to disorders that can be presented as sleepwalking, night terrors, phobias, shyness, which if not treated may be presented as problems of personality and behavior that are compounded over time (Guerra, 2000) These are externalized as feelings of worthlessness, guilt, sadness, helplessness and hopelessness deep. It can be accompanied by "several concomitant symptoms, including disturbances of sleep and food, loss of initiative, self-punishment, abandonment, inactivity and inability to pleasure.

Types of depression

The three most common types of depression are:

a) Severe depression or greater is presented with a combination of symptoms that interfere with or diminish the ability to work, study, sleep, eat. It's not to enjoy once pleasurable activities. Usually when there is very disabling and may be once or several times (Catholic Health System, 2005).

b) Dysthymia, a type of depression is less severe, symptoms disabling chronic but less impairment interferes with the functioning and welfare of the person suffering from Catholic Health System, 2005).

c) Bipolar disorder, also known as manic depression, is characterized by cyclical changes in mood, rapid or gradual euphoric state or high spirits to depression or low mood. In the depressive phase, the person may have one, several or all symptoms of depression while in the manic phase may have a large amount of energy that results in hyperactivity. At this stage often affected the thinking and judgment of the person. This type of depression is not as common as the other two cases (Catholic Health System, 2005).

Symptoms of depression

People who suffer from depression have certain characteristic symptoms that occur repeatedly over a period of two weeks minimum. These symptoms allow us to identify the person with depression. The most common in adolescents, especially in pubertal stage are:

Oppositional or antisocial 1.Conducta clearly.

2.Steals

3.Aggresiveness

4. Alcohol and / or drugs use

5.<arching home

1.Feelings to be understood with

2.Irritability

3. No cooperate in family

4.Withdraw into their own room

5.Disinterest in hygiene

6.School issues

7. Hypersensitivity response to the rejection especially in romantic relationships

8.Trastorno mood, demoralization and lack of joy.

9.Disinteresr for things that attracted him/her before. 

Depression in adolescence

During adolescence, depression may occur. This is characterized by persistent feelings are of sadness and despair that also commonly occurs a loss of self esteem and a lack of interest in daily activities, in the case of adolescent schoolgirls. Usually in these, depression is transient and is a common reaction to many situations and factors that generate stress. "This state is common in adolescents as a result of normal maturation process, the stress associated with it, the influence of sex hormones and independence conflicts with parents" (Goldenring, 2005, para. 2). On the other hand, external factors that accentuate stress as a death, child abuse, the break with the boyfriend or girlfriend, abuse by peers and even school failure associated with low self-esteem and a negative perception of life can trigger depression. This can have effects on growth and development, school performance, relationships with peers and family and can even lead to suicide (Bhatia & Bhatia, 2007; Davis, 2005).

However, despite the external factors are basically the hormonal changes that occur during puberty and its effects on mood and psychological causes of the present can be somatology of depression. "At this time there is an increased emotionality, which is caused by the need experienced by the human being to abandon old habits of thought and action and to establish new ones." (Rivero, s.f. to. 8). They are very common at this stage of development changes in mood. There are times when the adolescent world is a wonderful place and the next moment he hates everything that is around him. Similarly, the teenager is misplaced in time. He lives primarily in the present and seeks to manage it. All these situations are common to their psychological development making it difficult to diagnose depression.

It is also considered that genetic factors influence depressive symptoms unknown whether the cause is genetic or learned behavior of depressive father. Biological factors affecting neurotransmitters are related, as a deficiency in norepinephrine or serotonin. Similarly, the disease is associated with hormonal abnormalities such as hypersecretion of cortisol, a hormone that enables you to control stress. (Davis, 2005).

In adolescence depressive symptoms come to manifest in different ways. Some young people tend to dress in black, however this can also be a fad, or write poems like melancholic music depressive content. Many adolescents have sleep problems. They get to spend all night watching TV and then have trouble getting up in the morning or fall asleep during the day. Often also change in eating habits, this being more common in girls. They no longer interested in activities they previously enjoyed and begin to socially isolate (Santrock, 2004). Additionally, during this transition period the adolescent is in search of their identity and seeks to define its own values. All this tends to make the most "capable and have wrong thoughts and suicidal ideation, easy search for solutions that allow them to forget about the problem as drugs and crime, and so on." (Any, s.f. to. 100).

Generally, adolescent depression manifests differently in adults. They are more reluctant to express their feelings and the symptoms observed may be common to the typical adolescent as boredom or search for new activities. Some symptoms of depression known as hidden can be "drug addiction, promiscuity, crime and the pursuit of danger" (Any, nd, para. 70).

Risk factors of being depressed can be biomedical or psychosocial. Approximately two thirds of young people with major depression have other mental disorders. The most common is dysthymic disorder, anxiety, attention deficit and hyperactivity, as well as substance abuse like drugs (Bhatia & Bhatia, 2007). Often these disorders secondary to depression hide the symptoms of the same making diagnosis more difficult.

Different degrees of depression. At some point in their life up to 15% of children and adolescents have depressive symptoms. Major depression in children and adolescents takes place in an average of seven to nine months. Or severe major depression is present in the 3 to 5% of adolescents. The incidence of depression increases during puberty in girls and cases of depression are twice that of children, this probably related to hormonal changes. (Bhatia & Bhatia, 2007; Davis, 2005). "What worries psychologists and psychiatrists is the fact that the risk of depression among young people is 10 times greater now than at the beginning of the century. This is largely due to frustration at the lack of a productive labor and social "(Anonymous, 2001, June 6, para. 6). Here is also influenced by social context. The young people from low socioeconomic half, where families are dysfunctional as in the case of divorce and also if one parent is unemployed, have little hope of having a happy and profitable.

Depression can occur in two different ways. The first, similar to a state of distress, characterized in that the adolescent perceives a lack of feeling and a sense of emptiness because that can not handle or express. The second is triggered by external factors of experience of defeat or failure.

Adolescence being a critical stage in the conflict and adolescent development, especially in the often emotionally inappropriate behavior they exhibit and show their lack of maturity, especially in relation to the management of social relations. It is the stage where they have to part with their parents in search of its identity. Often depressive reaction could be detected because a "hostility directed toward parents, is diverted to himself and self-deprecating tendencies ultimately relate to the desire to destroy the idealized image of the parents, for whom the child feels betrayed "(Rivero, nd, para. 12). Often these symptoms are confused with normal adolescent reactions as fluctuations in their mood. His state of dependency to their parents is not resolved then you can see "intense dyadic relationship with the mother that sometimes produces a link-type dependent and symbiotic, at other times is seen as a sadomasochistic relationship full of hostile attacks family and external authorities "(Rivero, nd, para 13). Parents are often unable to diagnose depression as they consider a common rebellious attitude of the adolescent. The same situation may occur in the school where the teacher still has less knowledge about the psychological problems of adolescents and he also misinterprets the reactions.

Depressive symptoms experienced during adolescence can predict with great accuracy similar problems in adulthood (Santrock, 2004). It is therefore very important to take seriously the adolescent depression. Adolescents who are diagnosed with depression are more likely to experience a recurrent problem in adulthood than those who were not diagnosed the problem. It is estimated that 50% of adults suffering from depression, had symptoms in childhood or adolescence (Davis, 2005). "The depressions of adolescence equal to those of adulthood in severity, self-destructiveness and show outweigh still the hallmark of its concomitant with the development process" (Rivero, nd, para. 10).

Depression and suicide

Suicide is the act of killing yourself voluntarily. It is the ultimate form of escape from a life situation and emotional tension intolerable. "Suicidal behavior in childhood is rare but its incidence increases significantly to reach adolescence. Currently, suicide is the third leading cause of death among American teenagers 13 to 19 years" (National Center for Health Statistics, 2000, cited in Santrock, 2004, p. 400). In Mexico it is estimated that depression in adolescents and children are present among the "10 and 15% of the population. Suicide is between the second and third leading cause of death between 15 and 25, and 75% of onset cases of mental illness is at that age "(House, 2003, para. 1). Suicide in children and adolescents has increased markedly in recent years in Mexico. "According to statistics from INEGI, in 2001 in Mexico City there were 269 cases" (House, 2003, para. 2). Additionally, there are statistics showing that "40 percent of adolescents who commit suicide have depressive disorders, 10 to 30 percent have personality disorders and 50 percent abuse drugs and alcohol" (Cortes, nd, para. 29).

Therefore the most important action that should be carried out is prevention. More and more young people in desperation attempt suicide. It is crucial to your health care provider if you have one or more of the following warning signs of potential suicide.

• "Withdrawal, with urge to be alone, isolation

• Moodiness

• Changes in personality

• Threat of suicide

• Delivery of the most cherished possessions to others "(Goldenring, 2005, para. 21)

Suicide is a complex phenomenon that includes physical, social and psychological which interact with each other. However, the manner in which the young man relates with his environment and how this affects their personality, are the grounds for determining that the individual tries to commit suicide or not. In adolescence, young people are subject to feelings of stress, confusion, self-doubt, pressure to succeed, financial worries and other fears while growing up. For some teenagers, divorce, the formation of a new family with stepparents and stepsiblings, or moving to a new community can be unsettling and can intensify doubts about themselves. (Jiménez, s.f. to. 21)

They're not happy with their physical environment and above all social. In some cases, suicide appears to be a solution to these problems.

Most social scientists agree that suicide is a complex form of behavior that is caused by biological, psychological and social. Others say that some people are genetically more prone to depression and therefore suicide. The predicative symptom of a possible suicide is depression. "All suicides and suicide attempts speak of an emotional crisis, a disturbance in the way we live, a social disagreement." (Christman, s.f. to. 2)

Psychologists and sociologists have found various personal and situational influences that contribute to the pursuit of voluntary death. This often occurs as an escape from painful circumstances or an act of revenge against another person who is accused of being responsible for the suffering that leads to making such a drastic decision. These feelings of despair are often known as notes or letters that come to stop the person before committing suicide. However, the most common cause of suicide is the perception that life is so painful that only death can provide desired relief. Similarly, the loss of a loved one or chronic pain, physical or emotional, can produce a feeling of inability to change these facts leading to a general feeling of hopelessness of any changes where death is apparently the only solution (Cortés, nd).

There are four types of suicidal behavior:

1. Impulsive suicidal behavior that occurs after a disappointment or strong feelings of anger.

2. The feeling that life is not worth it relates to depression.

3. A serious illness that can lead an individual to think that there is no choice.

4. The attempted suicide as a means of communication, common in adolescents where it really does not want to die but wants to communicate something. (Christman, s.f.)

So why do teenagers attempt suicide? There is no simple answer but you have to consider the proximal and distal factors that may be present. Proximal or immediate factors are eg very stressful circumstances such as loss of a boyfriend or girlfriend, doing poorly in school, an unwanted pregnancy or drug use. Distal factors or distant in time are such that the adolescent considered to have a long history of unhappiness and family instability. Similarly, distal factors lack of affection and emotional support, excessive parental control and an excessive demand to surrender in childhood studies and these may lead to depression in teens. Many teenagers who attempt suicide also believe not having friends to support them. Finally, suicidal adolescents often present depressive symptoms (Santrock, 2004).

Although not all depressed adolescents attempt suicide, depression is the factor most consistently associated with suicidal adolescents. Adolescence as a stage of development of the individual, is a painful step for the young man goes through difficult changes that produce anxiety and depression. For this reason, the suicide attempt is one of the most significant behaviors of adolescents. (Christman, s.f.).

Concrete actions for the prevention

Specific actions for the prevention of depression can be carried out both within the family and the school.

Forms of family intervention

Although depression is considered a condition of what can only be cured by clinical means, support and shelter to build the teen's environment is the foundation both for prevention, early detection and intervention. The base is open communication with your teen to help identify early. Recall that one of the roles of parents tells us Santrock (2004) is for them to help children cope with their emotions. Symptoms of depression, as already mentioned, may be confused at first with laziness, carelessness and other bad habits. It is important, therefore, that until security has what is causing these symptoms, the family alert and nonjudgmental a priori. For the adolescent who is experiencing this process is important not to be accused of pretending illness or laziness or expect him or her immediately out of this state without help.

Unfortunately, early detection is not so easy, even though symptoms are evident. Most people who have not experienced a depressive disorder fail to see the effect it causes, and while not intending to hurt, sometimes with what they say and do hurt more. The depressed young man needed emotional support. This means providing understanding, patience, consideration and encouragement, to create spaces to talk but mostly listen. No way you should play down the feelings expressed, but to establish a fair assessment of reality, something which is usually distorted in the depressed person. The family can intervene in different ways according to the causes that may be causing the depression in adolescents.

Forms of teacher

Middle adolescence (15 to 18 years) is the quintessential period of depression. According to Fernandez (1985), this state is given as a result of normal maturation process, the stress associated with it, the influence of sex hormones and independence conflicts with parents.

The boys in this age group are attending the educational level of middle and high school, so that situations related to this stage of development can motivate stressful situations that exacerbate this vulnerability.

It is often difficult to diagnose the real depression in adolescents because of the number of emotional changes inherent to the natural process of development and is characterized by mood changes, with alternating periods of "complete happiness" and "life is horrible" . These moods may alternate over a period of hours or days.

However, as teachers and daily contact with children may receive persistent mood swings, poor school performance, conflicts in relationships with peers, aggressive behavior (behavioral problems), changes in eating habits (with noticeable increases or decreases in weight) that fall asleep in class, obsession with death.

Since interpersonal relationships and support healthy coping skills can help prevent such periods from leading to more severe depressive symptoms, early identification and treatment can prevent rapid and comprehensive or postpone further episodes.

Open communication with your teen can help identify depression in time but for teachers is really difficult to identify depressed students, however one can identify other crisis situations.

A crisis as Slaikeu (1990) is a temporary state of disorder and disorganization, characterized primarily by an inability of individuals to handle specific situations using the methods used for troubleshooting. A combination of risk situations in the life of a person who meets your psychological disorganization and need of assistance, representing both the danger of disorder and the opportunity for personal development. The final resolution of the crisis depends on many factors including the severity of the precipitating event and the personal and social resources the individual.

Any period of crisis or will be resolved somehow. This solution can be healthy or harmful and it is assumed that the type of solution reached will affect the future performance of the individual. It is important to assimilate the event of crisis so that it is integrated into the fabric of life by allowing the person to be open rather than closed to the future. The primary goal in seeking intervention strategies is to help the person regain the performance level it had before the incident that precipitated the crisis.

Slaikeu (1990) speaks of two types of intervention: the first and second instance. In the case of teachers is more likely that they are prepared to provide psychological first aid (first instance) with the objective of providing support and link to the person in crisis aid resources in this case would be the area of ​​psychology of the institution. The teacher has the ability to detect the crisis at the time and place where that arises. It's like physical first aid as specialized medical help arrives. The psychologist is who will perform the second operation (second instance) as it is the person entitled to assess clinical diagnoses to define depressive adolescents or any other type of condition noting that the presence of alcohol and other drugs complicate any crisis.

In addition, counseling can help teens cope with periods of low mood. You must have the support of a department of psychology and educational institutions have established guidelines to follow to address emotional problems. If the student seeks to master (or if the teacher decides to talk to him), once he hears, you can evaluate and decide what type of support required and can then apply for student support department. So students can get help and follow up immediately.

The teacher assumes functions today (besides teaching) where interpersonal relationships leave deep marks in the way of being of those involved in the educational process. This means being fully aware adviser of their limitations and avoid obviously settle cases out of area or profession. Training is needed in human development, knowledge of intervention tools and above all an attitude committed to the development and growth of students.

Treatments

There are different types of depression and stages of severity. Before determining what treatment is right for everyone, it is essential, the physician first examine, which consists in a physical examination, patient interview and laboratory tests to determine if the cause is biological or psychological. When physical causes are ruled out, it must proceed to an assessment or test of a psychological or psychiatric. (Catholic Health System, 2005). The type of treatment is determined depending on the outcome of that assessment.

According to Dr. Alonso-Fernandez (2001), treatments for depression can be supplied in two different ways. One method is ambulatory, home is where the patient does not come out of its context, lives with his family and remains part of their work, this is the right kind, for the support of loved ones is essential. Psychiatric hospital admission is the other method, but is only used when the crisis is extreme depression, characterized by "social abandonment, suicide risk, danger to others, refusing treatment or indication of a change of scenery" (p. 170).

The treatments are divided into three groups depending on the time the disease manifests itself: Treatment of severe depression, when patients are referred to the hospital until the disappearance of symptoms, maintenance therapy for a minimum of six months to prevent recurrence of symptoms, and preventive treatment or prophylactic measures to avoid recurrence (of what is understood as an emergence of a new depressive episode after six months pre treatment) and relapse (which is defined as the reappearance of symptoms before passing the five to six months).

Different prototypes of treatments can be classified into five major groups.

a) Drug therapy: Can not determine what type of drug or drug will be the most successful since only 65% ​​of cases a specific function. Sue Breton (1998), says that as with all chemicals, it is believed that antidepressants are as tranquilizers and are addictive. This is a misconception, because unlike tranquilizers also, their effects are not immediate, it takes two to three weeks before showing the desired effect. Antidepressants have side effects such as sedation, increased heart rate, low or high blood pressure, dry mouth, blurred vision and constipation. With the selective inhibitors of serotonin reuptake inhibitors (SSRIs) have been enormous advantages as these inhibitors unlike the tricyclics, has fewer side effects. Only cause mild nausea, diarrhea and headache, effects usually disappear with use, but its main disadvantage is that cause sexual dysfunction. Those who consume antidepressants known as monoamine oxidase inhibitors (MAOIs) are subjected to restricted diet and special precautions.

b) Medicinal herbs. Recently it has been using an herb that is known as the herb St. John's Wort (Hypericum perforatum) whose use is very common in Europe, specifically Germany, is the most widely used antidepressant. It should be noted that its effects have been studied only in the short term, as mentioned by Margaret Strock (2001). Is currently conducting a comparative study to 3 years, including conventional drugs, the herb St. John and the use of placebos. The FDA gave notice in February 2000 on the possible negative interaction of this herb when mixed with drugs to "heart disease, depression, seizures, certain cancers and transplant rejection" (para. 42).

c) Psychotherapy. The first mode is family therapy, mentioned by Glick (1999) who considered indispensable psychoeducation model for both the patient and the family, as it is here where the issue of treatment. This therapy suggests two dimensions, individual and group separately but are used in practice. Within individual therapy is detailed cognitive-behavioral psychotherapy (CBT) based on understanding the functional relationship between the thinking process, behavior disturbances and open mood, while it teaches the patient to optimize resource usage, for the management of depression. As therapy progresses identifies areas of weakness and before finishing techniques are taught to prevent recurrences. This type of therapy can be applied both individually and in groups, and you are living this process is important not to be accused of pretending illness or laziness or expect him or her immediately out of this state without help.

Unfortunately, early detection is not so easy, even though symptoms are evident. Most people who have not experienced a depressive disorder fail to see the effect it causes, and while not intending to hurt, sometimes with what they say and do hurt more. The depressed young man needed emotional support. This means providing understanding, patience, consideration and encouragement, to create spaces to talk but mostly listen. No way you should play down the feelings expressed, but to establish a fair assessment of reality, something which is usually distorted in the depressed person. The family can intervene in different ways according to the causes that may be causing the depression in adolescents.

Forms of teacher

Middle adolescence (15 to 18 years) is the quintessential period of depression. According to Fernandez (1985), this state is given as a result of normal maturation process, the stress associated with it, the influence of sex hormones and independence conflicts with parents.

The boys in this age group are attending the educational level of middle and high school, so that situations related to this stage of development can motivate stressful situations that exacerbate this vulnerability.

It is often difficult to diagnose the real depression in adolescents because of the number of emotional changes inherent to the natural process of development and is characterized by mood changes, with alternating periods of "complete happiness" and "life is horrible" . These moods may alternate over a period of hours or days.

However, as teachers and daily contact with children may receive persistent mood swings, poor school performance, conflicts in relationships with peers, aggressive behavior (behavioral problems), changes in eating habits (with noticeable increases or decreases in weight) that fall asleep in class, obsession with death.

Since interpersonal relationships and support healthy coping skills can help prevent such periods from leading to more severe depressive symptoms, early identification and treatment can prevent rapid and comprehensive or postpone further episodes.

Open communication with your teen can help identify depression in time but for teachers is really difficult to identify depressed students, however one can identify other crisis situations.

A crisis as Slaikeu (1990) is a temporary state of disorder and disorganization, characterized primarily by an inability of individuals to handle specific situations using the methods used for troubleshooting. A combination of risk situations in the life of a person who meets your psychological disorganization and need of assistance, representing both the danger of disorder and the opportunity for personal development. The final resolution of the crisis depends on many factors including the severity of the precipitating event and the personal and social resources the individual.

Any period of crisis or will be resolved somehow. This solution can be healthy or harmful and it is assumed that the type of solution reached will affect the future performance of the individual. It is important to assimilate the event of crisis so that it is integrated into the fabric of life by allowing the person to be open rather than closed to the future. The primary goal in seeking intervention strategies is to help the person regain the performance level it had before the incident that precipitated the crisis.

Slaikeu (1990) speaks of two types of intervention: the first and second instance. In the case of teachers is more likely that they are prepared to provide psychological first aid (first instance) with the objective of providing support and link to the person in crisis aid resources in this case would be the area of ​​psychology of the institution. The teacher has the ability to detect the crisis at the time and place where that arises. It's like physical first aid as specialized medical help arrives. The psychologist is who will perform the second operation (second instance) as it is the person entitled to assess clinical diagnoses to define depressive adolescents or any other type of condition noting that the presence of alcohol and other drugs complicate any crisis.

In addition, counseling can help teens cope with periods of low mood. You must have the support of a department of psychology and educational institutions have established guidelines to follow to address emotional problems. If the student seeks to master (or if the teacher decides to talk to him), once he hears, you can evaluate and decide what type of support required and can then apply for student support department. So students can get help and follow up immediately.

The teacher assumes functions today (besides teaching) where interpersonal relationships leave deep marks in the way of being of those involved in the educational process. This means being fully aware adviser of their limitations and avoid obviously settle cases out of area or profession. Training is needed in human development, knowledge of intervention tools and above all an attitude committed to the development and growth of students.

Treatments

There are different types of depression and stages of severity. Before determining what treatment is right for everyone, it is essential, the physician first examine, which consists in a physical examination, patient interview and laboratory tests to determine if the cause is biological or psychological. When physical causes are ruled out, it must proceed to an assessment or test of a psychological or psychiatric. (Catholic Health System, 2005). The type of treatment is determined depending on the outcome of that assessment.

According to Dr. Alonso-Fernandez (2001), treatments for depression can be supplied in two different ways. One method is ambulatory, home is where the patient does not come out of its context, lives with his family and remains part of their work, this is the right kind, for the support of loved ones is essential. Psychiatric hospital admission is the other method, but is only used when the crisis is extreme depression, characterized by "social abandonment, suicide risk, danger to others, refusing treatment or indication of a change of scenery" (p. 170).

The treatments are divided into three groups depending on the time the disease manifests itself: Treatment of severe depression, when patients are referred to the hospital until the disappearance of symptoms, maintenance therapy for a minimum of six months to prevent recurrence of symptoms, and preventive treatment or prophylactic measures to avoid recurrence (of what is understood as an emergence of a new depressive episode after six months pre treatment) and relapse (which is defined as the reappearance of symptoms before passing the five to six months).

Different prototypes of treatments can be classified into five major groups.

a) Drug therapy: Can not determine what type of drug or drug will be the most successful since only 65% ​​of cases a specific function. Sue Breton (1998), says that as with all chemicals, it is believed that antidepressants are as tranquilizers and are addictive. This is a misconception, because unlike tranquilizers also, their effects are not immediate, it takes two to three weeks before showing the desired effect. Antidepressants have side effects such as sedation, increased heart rate, low or high blood pressure, dry mouth, blurred vision and constipation. With the selective inhibitors of serotonin reuptake inhibitors (SSRIs) have been enormous advantages as these inhibitors unlike the tricyclics, has fewer side effects. Only cause mild nausea, diarrhea and headache, effects usually disappear with use, but its main disadvantage is that cause sexual dysfunction. Those who consume antidepressants known as monoamine oxidase inhibitors (MAOIs) are subjected to restricted diet and special precautions.

b) Medicinal herbs. Recently it has been using an herb that is known as the herb St. John's Wort (Hypericum perforatum) whose use is very common in Europe, specifically Germany, is the most widely used antidepressant. It should be noted that its effects have been studied only in the short term, as mentioned by Margaret Strock (2001). Is currently conducting a comparative study to 3 years, including conventional drugs, the herb St. John and the use of placebos. The FDA gave notice in February 2000 on the possible negative interaction of this herb when mixed with drugs to "heart disease, depression, seizures, certain cancers and transplant rejection" (para. 42).

c) Psychotherapy. The first mode is family therapy, mentioned by Glick (1999) who considered indispensable psychoeducation model for both the patient and the family, as it is here where the issue of treatment. This therapy suggests two dimensions, individual and group separately but are used in practice. Within individual therapy is detailed cognitive-behavioral psychotherapy (CBT) based on understanding the functional relationship between the thinking process, behavior disturbances and open mood, while it teaches the patient to optimize resource usage, for the management of depression. As therapy progresses identifies areas of weakness and before finishing techniques are taught to prevent recurrences. This type of therapy can be applied both individually and in groups, and has recently been developed for couples therapy. The average duration of this type of therapy is eight to twenty sessions. There is also the interpersonal psychotherapy or IPT. This is based on helping the patient to identify what their interpersonal conflict causes or leads to depression and in conjunction with the therapist working on repair strategies. Due to its success, is an excellent choice for outpatient therapy, limited time and also worth mentioning that the technique is also used for general practice, as mentioned by Glick (1999), authored by Swartz and Markowitz.

Individual psychotherapy Glick (1999) is suggested for normal depression, and be understood by normal, giving a feeling of sadness or unhappiness. This type of therapy is proposed for people with irrational visions of themselves and others, when everything in your physical and developmental (childhood) is fine, but were victims of a situation so bad that fail to integrate their life without them causes depression or despair. Group psychotherapy, is what is intended, to treat several patients at once. It should be mentioned that within this group there are several methods: support groups, self help groups, crisis groups, group behavioral, and interpersonal psychotherapy.

d) Combined treatment. This type of treatment suggests the use of drugs and psychotherapy, which is the method recommended by the American Psychiatric Association, as mentioned by Glick (1999). Three factors determine the use of this therapy: when a psychiatrist providing both treatments when there is a nonmedical psychotherapist working with a psychiatrist, and when there is a nonmedical psychotherapist working with a doctor not a psychotherapist. The main reason why this therapy is helpful, it is because the etiology of the disease, although because we consider it as biopsychosocial factors, we are attacking the disease from different perspectives with a higher success rate.

e) electroconvulsionante therapy. According to Strock (2001), this therapy is applied only to patients whose depression is severe, "suicide, with severe agitation, psychotic thoughts, excessive weight loss or physically weak as a result of a physical condition" (para. 29), or for those who can not take antidepressants. Treatment was administered under light anesthesia. The patient is placed electrodes on the head and emit electrical discharges occurring with this slight seizure of approximately thirty seconds. It requires several sessions, three per week. It is not known what causes with certainty in the brain, but the effects are very satisfactory.

Conclusion

When talking about risk factors in adolescents, is generally considered the best known or discussed. For those teachers who work with teens who are high social environment, especially if they live in large cities, what is known is the abuse of alcohol, drugs in some cases, the problems of anorexia and bulimia and girls and some cases sexual problems if they have not defined their identity and personality. In less affluent social strata there are drug and alcohol problems and are more common situations of violence, crime, present among youth gangs. or that the girls are exposed to harassment or sexual abuse and end up with an unwanted pregnancy. Few times as parents or teachers we realize that a teen may be suffering from depression.

Unfortunately, depression often goes unnoticed. In adolescence arises from the combination of a number of different factors. It features the teens who have it presented a sad and melancholy with consequent permanent discouragement to continue with their daily activities. The source is subject to the special circumstances of each individual case and the specialist who diagnosed. Because the adolescent in itself is in a stage of physical and psychological characteristic that affects your mood, at this stage the detection of it is much more complicated. Additionally, parents are often absent or are in conflict with them because they can not deal with the situation they seek to challenge them and go beyond the boundaries to define their identity and personality. On the other hand, teachers in middle and high school, usually has very little contact with the student, since many teachers who teach different subjects. Also known family history that at one point could have a normal effect on mood related to adolescent development. As parents or educators, the responsibility to be more observant and perceive situations that could reach adolescents present so that you can intervene early to help prevent irremediable situations. Teachers in particular we can carry out a primary intervention, also called psychological first aid that includes listening to facts and feelings that disrupt the student, show empathy, to examine the dimensions of the problem, promote self-reflection without giving personal opinions, help you examine alternatives solution and if necessary refer it to the psychology department of the institution and further monitoring. The person entitled to make a diagnosis is the psychologist who will provide the required assistance. Therefore, it is extremely important to educate parents and teachers about what is depression, its causes and effects in order to help and to prevent conflict situations that lead even to suicide.

La Depresion

Posted by Javier Elizalde on 1. marts 2012 kl. 2.20

Introducción

"Detrás de la mascara de una adolescencia difícil, está el rostro de una sociedad difícil, hostil y que no desea comprender," A. Aberasturi" (Rivero, s.f., para. 1)

El tema de la depresión es muy controvertido ya que éste se refiere a un trastorno mental caracterizado por sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza, mismo que se presenta tanto en hombres como en mujeres de todas las clases sociales. Hablar de la depresión, sin duda alguna, es un tema que no se agotaría dadas las repercusiones que ésta tiene en todos los actos de nuestra vida diaria. La depresión en el adolescente es algo más común de lo que se supone, sobre todo hoy en día donde nuestra sociedad y los núcleos más directos que influyen en el adolescente, como la familia y la escuela, no le presentan los límites adecuados, no le permiten el definir su identidad y esta frustración frecuentemente los lleva a la depresión.

Específicamente, el tema de la depresión nos ayuda como docentes, dada nuestra relación con los adolescentes (alumnos), a entender el porqué de ciertos comportamientos y/o actitudes, a la vez que nos da pautas para apoyar en la medida de nuestras posibilidades a un alumno con síntomas depresivos. Por lo tanto se buscó hacer un análisis de los puntos más relevantes procurando entender primero a la depresión en sí, su naturaleza, los tipos existentes y los síntomas que presenta la persona que sufre de depresión, para de ahí podernos avocar más a fondo en la depresión durante la adolescencia, su prevención y tratamiento. Igualmente se consideró importante abordar el tema del suicidio, algo común en el adolescente depresivo.

Las fuentes consultadas incluyen algunos libros pero sobre todo artículos que se enfocan específicamente a la depresión en la adolescencia, la sintomatología característica para su identificación y los factores de riesgo relacionados. Nos llamaron la atención en particular dos artículos: el de Christman, investigadora de la UNAM que se enfoca en el problema del suicidio y el de Strock donde se hace un análisis a fondo de los diferentes tratamientos. Igualmente, se buscó revisar la situación actual en México en relación con la depresión en la adolescencia.

Depresión

Concepto y naturaleza

Ya en la antigüedad, Hipócrates describió el estado psicológico que luego se llamaría depresión y que él designó como melancolía. Si bien no es necesariamente una enfermedad, la depresión suele estar relacionada con desórdenes mentales y físicos y se le considera la perturbación psiquiátrica más común. Afecta directamente el estado de ánimo presentándose una disminución en las actividades cotidianas de la vida. "Se manifiesta a través de falta de voluntad para hacer trabajos, tareas y demás actividades. En el lado afectivo, se expresa con tristeza, vació existencial, auto culpa y soledad; en la mente se crea ofuscamiento, pesimismo, oscuros pensamientos e inseguridad." (Anónimo, 2001, 6 de junio, para. 2).

Edward Bibring planteó un modelo de depresión que se basa en el conflicto que implica la expresión emocional el cuál lleva a la vez a un estado de desvalidamiento e impotencia del yo. Según Bibring ess característico de las personas que padecen de depresión:

1.- "El deseo de ser valioso, amado y apreciado.

2.- El deseo de ser fuerte y tener seguridad.

3.- El deseo de ser bueno y amable." (citado en Rivero, s.f., para 3)

Estos deseos de ser aceptados socialmente se contraponen al hecho de que la persona depresiva tiende a aislarse.

Hay múltiples factores que se asocian con la aparición, duración y recurrencia de la depresión.

a) Factores biológicos: los niños o adolescentes que tienen un padre o ambos padres deprimidos tienen dos y cuatro veces más probabilidad de desarrollar un trastorno depresivo, respectivamente. Frecuentemente se asocia con una baja de neurotransmisores cerebrales, más de la serotonina que de la adrenalina causado por alteraciones en el funcionamiento del hipotálamo y la secreción de hormonas por encima del nivel normal llevando a alteraciones endocrinas e inmunológicas (Guerra, 2000).

b) Factores socioculturales: son factores externos como los familiares e incluyen depresión en los padres, conflicto o divorcio y muerte precoz de un padre, situaciones que generan estrés y causan trastornos afectivos por la pérdida de los lazos de unión.

c) Factores psicológicos: derivan de conflictos o desórdenes originados desde la infancia, ya que ésta es la etapa en la cual el niño es susceptible a trastornos que se le pueden presentar como sonambulismo, terrores nocturnos, fobias, timidez las cuales si no son atendidos se pueden presentar como problemas de personalidad y de conducta que se agravan con el tiempo (Guerra, 2000) Estos se exteriorizan como sentimientos de inutilidad, culpa, tristeza, indefensión y desesperanza profundos. Se pueden acompañar de "varios síntomas concomitantes, incluidas las perturbaciones del sueño y de la comida, la pérdida de iniciativa, el autocastigo, el abandono, la inactividad y la incapacidad para el placer.

Tipos de depresión

Los tres tipos más comunes de depresión son:

a) Depresión severa o mayor se presenta con una combinación de síntomas que interfieren o disminuyen la capacidad para trabajar, estudiar, dormir, comer. Es el no disfrutar de actividades que antes eran placenteras. Generalmente cuando se presenta es muy incapacitante y puede ser una sola vez o en varias ocasiones (Catholic Health System, 2005).

b) La distimia, es un tipo de depresión de menor gravedad, presenta síntomas crónicos de menor afectación incapacitante pero sí interfiere con el buen funcionamiento y bienestar de la persona que la padece Catholic Health System, 2005).

c) El trastorno bipolar, conocida también como enfermedad maniaco depresivo, se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo, rápidos o graduales del estado eufórico o ánimo elevado al depresivo o ánimo bajo. En la fase depresiva, la persona puede presentar uno, varios o todos los síntomas de la depresión mientras que en la fase maníaca puede presentar una gran cantidad de energía que se traduce en hiperactividad. En esta fase frecuentemente se ve afectado el pensamiento y el juicio de la persona. Este tipo de depresión no es tan frecuente como los otros dos casos (Catholic Health System, 2005).

Síntomas de la depresión

Las personas que sufren de depresión presentan ciertos síntomas característicos que se presentan recurrentemente por un periodo de dos semanas mínimo. Estos síntomas nos permiten identificar a la persona que sufre depresión. Los más comunes en los adolescentes, sobre todo en la etapa puberal son:

1.Conducta negativista o claramente antisocial.

2.Hurtos

3.Agresividad

4.Consumo de alcohol y/o drogas

5.Deseos de marchar de casa

1.Sentimiento de con ser comprendido

2.Malhumor e irritabilidad

3.Desgane para cooperar en actividades familiares

4.Tendencia a recluirse en la propia habitación

5.Desinterés por el aseo personal

6.Dificultades escolares

7.Retraimiento social con hipersensibilidad; especial respuesta al rechazo en relaciones amorosas

8.Trastorno del estado de ánimo, desmoralización y falta de alegría.

9.Desinterés por cosas que antes le atraían. (Jímenez, s.f., anexo 4)

La depresión en la adolescencia

Durante la adolescencia se puede presentar la depresión. Esta se caracteriza porque se presentan sentimientos persistentes de tristeza y desánimo además de que comúnmente se presenta una pérdida de la autoestima y una ausencia de interés por las actividades cotidianas, en el caso del adolescente, las escolares. Generalmente en ellos, la depresión es transitoria y es una reacción usual a muchas situaciones y factores que les generan estrés. "Este estado es común en los adolescentes, como consecuencia del proceso normal de maduración, del estrés asociado con éste, de la influencia de las hormonas sexuales y de los conflictos de independencia con los padres" (Goldenring, 2005, para. 2). Por otro lado, factores externos que acentúen el estrés como una muerte, el maltrato infantil, la ruptura con el novio o la novia, el abuso por parte de compañeros e inclusive el fracaso escolar asociados con una baja autoestima y una percepción negativa de la vida pueden desencadenar una depresión. Ésta puede tener efectos en el crecimiento y desarrollo, el desempeño escolar, las relaciones con iguales y la familia y puede llevar inclusive al suicidio (Bhatia & Bhatia, 2007; Davis, 2005).

Sin embargo, a pesar de los factores externos, son básicamente los cambios hormonales que se presentan durante la pubertad y sus efectos en el estado anímico y psicológico los causales de que se pueda presentar la somatología de la depresión. "En este período existe un aumento de la emotividad, la cual es provocada por la necesidad que experimenta el ser humano de abandonar viejos hábitos de acción y de pensamiento y de establecer otros nuevos." (Rivero, s.f., para. 8). Son muy comunes en esta etapa del desarrollo las variaciones en los estados de ánimo. Hay momentos en que para el adolescente el mundo es un lugar maravilloso y en el siguiente instante odia todo lo que se encuentra a su alrededor. Igualmente, el adolescente se encuentra desubicado en el tiempo. El vive primordialmente en el presente y busca manejarlo. Todas estas situaciones son comunes a su desarrollo psicológico lo que dificulta el diagnosticar la depresión.

Igualmente se considera que factores genéticos influyen en presentar síntomas depresivos sin saberse si la causal es genética o una conducta aprendida del padre depresivo. Los factores biológicos que afectan se relacionan con los neurotransmisores, como una deficiencia en norepinefrina o serotonina. Igualmente, se asocia con esta enfermedad anormalidades hormonales como una hipersecreción de cortisol, hormona que permite controlar el estrés. (Davis, 2005).

En la adolescencia los síntomas depresivos se llegan a manifestar de distinta manera. Algunos jóvenes tienden a vestirse de negro, sin embargo esto también puede ser una moda, o escriben poesías melancólicas o les gusta la música de contenido depresivo. Muchos adolescentes presentan problemas de sueño. Llegan a pasarse toda la noche viendo televisión y luego tienen problemas para levantarse por la mañana o se quedan dormidos durante el día. Frecuentemente también se presentan cambios en los hábitos alimenticios, siendo esto más común en las chicas. Dejan de interesarse por las actividades que antes les gustaban y se empiezan a aislar socialmente (Santrock, 2004). Adicionalmente, durante este período de transición el adolescente está en la búsqueda de su identidad y busca definir sus valores propios. Todo lo anterior los suele hacer más "susceptibles y tener pensamientos erróneos como ideas suicidas, búsqueda de salidas fáciles que les permitan olvidarse del problema como drogas y la delincuencia, etc." (Any, s.f., para. 100).

Generalmente, en los adolescentes la depresión se manifiesta de manera diferente a la del adulto. Ellos son más renuentes a expresar sus sentimientos y la sintomatología observada puede ser común a la típica del adolescente como el aburrimiento o la continua búsqueda de nuevas actividades. Algunos síntomas de esta depresión conocida como oculta pueden ser "la drogadicción, promiscuidad, actos delictivos y la búsqueda del peligro" (Any, s.f., para. 70).

Los factores de riesgo de ser depresivo pueden ser biomédicos o psicosociales. Aproximadamente dos terceras partes de los jóvenes que presentan una depresión mayor tienen otros desórdenes mentales. Los más comunes son el desorden distímico, la ansiedad, el déficit de atención y al hiperactividad, así como el abuso de sustancias nocivas como las drogas (Bhatia & Bhatia, 2007). Muchas veces estos desórdenes secundarios a la depresión ocultan la sintomatología de la misma haciendo más difícil el diagnóstico.

Existen diferentes grados de depresión. En algún momento de su vida hasta el 15% de los niños y adolescentes presentan síntomas depresivos. Una depresión mayor en niños y adolescentes se desarrolla en un promedio de siete a nueve meses. La depresión mayor o severa está presente en el 3 al 5% de los adolescentes. La incidencia de la depresión aumenta en la pubertad y en las niñas los casos de depresión son el doble del de los niños, esto probablemente asociado a los cambios hormonales. (Bhatia & Bhatia, 2007; Davis, 2005). "Lo que preocupa a los psicólogos y psiquiatras es el hecho de que el riesgo de padecer depresión entre los jóvenes es 10 veces mayor ahora que a principios de siglo. Esto se debe en gran medida a la frustración por la falta de una actividad productiva laboral y social" (Anónimo, 2001, 6 de junio, para. 6). Aquí se denota también la influencia del contexto social. Los jóvenes que proceden de un medio socioeconómico bajo, donde las familias son disfuncionales como en el caso de divorcio y si además uno de los progenitores no tiene trabajo, tienen pocas esperanzas de tener una vida feliz y provechosa.

La depresión se puede presentar de dos formas diferentes. La primera, semejante a un estado de aflicción, se caracteriza porque el adolescente percibe una falta de sentimientos y una sensación de vació debido que no los puede manejar o expresar. La segunda es desencadenada por los factores externos de experiencias de derrota o fracaso.

Siendo la adolescencia una etapa crítica y conflictiva en el desarrollo del adolescente, sobre todo en el aspecto emocional muchas veces ellos presentan conductas no adecuadas y manifiestan su falta de madurez, sobre todo en lo referente al manejo de las relaciones sociales. Es la etapa en la que ellos tienen que desprenderse de los padres en la búsqueda de su identidad. Muchas veces una reacción depresiva pude ser detectada porque una "hostilidad dirigida hacia los padres, se desvía hacia sí mismo y las tendencias de autodesprecio se relacionan en última instancia con el deseo de destruir la imagen idealizada de los padres, por quienes el niño se siente traicionado" (Rivero, s.f., para. 12). Frecuentemente estos síntomas se confunden con reacciones normales del adolescente como las fluctuaciones de su estado anímico. Su estado de dependencia para con sus padres no se ha resuelto y entonces se puede observar "una relación diádica intensa con la madre que a veces produce un vínculo de tipo dependiente y simbiótico; en otras ocasiones se plantea como una relación sadomasoquista llena de ataques hostiles a la familia y a las autoridades externas" (Rivero, s.f., para 13). Los padres muchas veces son incapaces de diagnosticar a la depresión ya que la consideran una actitud rebelde común del adolescente. La misma situación se puede presentar en la escuela, donde el docente todavía tiene menos conocimientos sobre los problemas psicológicos de los adolescentes y él igualmente malinterpreta las reacciones.

Los síntomas depresivos experimentados durante la adolescencia permiten predecir con gran exactitud problemas similares en la etapa adulta (Santrock, 2004). Por ello es de suma importancia tomar en serio la depresión adolescente. Los adolescentes a quienes se les diagnostica una depresión tienen más probabilidad de experimentar el problema de forma recurrente durante la etapa adulta que aquellos a quienes no se les diagnosticó este problema. Se calcula que el 50% de los adultos que sufren de depresión, presentaron síntomas en la infancia o la adolescencia (Davis, 2005). "Las depresiones de la adolescencia igualan a las de la edad adulta en severidad, la sobrepasan en autodestructividad y muestran todavía el sello característico de su concomitante con el proceso de desarrollo" (Rivero, s.f., para. 10).

Depresión y suicidio

El suicidio es la acción de quitarse la vida de forma voluntaria. Es la forma extrema de huída de una situación vital y de una tensión emocional intolerable. "El comportamiento suicida es raro durante la infancia pero su incidencia aumenta considerablemente al llegar a la adolescencia. En la actualidad el suicidio es la tercera causa de muerte entre los adolescentes estadounidenses de 13 a 19 años de edad" (National Center for Health Statistics, 2000, citado en Santrock, 2004, p. 400). En México se calcula que la depresión en la población adolescente e infantil está presente entre el "10 y el 15% de la población. El suicidio está entre la segunda y tercera causa de muerte entre los 15 y 25 años, y el 75% de los casos de inicio de una enfermedad mental es a esa edad" (Cámara, 2003, para. 1). Los suicidios en niños y adolescentes se han incrementado marcadamente en los últimos años en México. "De acuerdo con las estadísticas del INEGI, en el año 2001 en el Distrito Federal hubo 269 casos" (Cámara, 2003, para. 2). Adicionalmente, existen estadísticas que indican que "el 40 por ciento de los adolescentes que se suicidan tienen trastornos depresivos, del 10 al 30 por ciento presentan trastornos de personalidad y un 50 por ciento abusan de drogas y alcohol" (Cortés, s.f., para. 29).

Por lo tanto la acción más importante que se debe de llevar a cabo es la prevención del mismo. Cada día son más los jóvenes que en su desesperación intentan quitarse la vida. Es de crucial importancia buscar asistencia médica si se presentan uno o más de los siguientes signos de advertencia de un suicidio potencial.

•"Retraimiento, con urgencia por estar solo, aislamiento

•Mal humor

•Cambios de personalidad

•Amenaza de suicidio

•Entrega de las pertenencias más preciadas a otros" (Goldenring, 2005, para. 21)

El suicidio es un fenómeno complejo que incluye factores físicos, sociales y psicológicos los cuales interactúan entre si. Sin embargo, la manera en la que el joven se relaciona con su medio ambiente y el cómo afecta este su personalidad, son las causales que determinan que el individuo intente suicidarse o no. En la adolescencia, los jóvenes están sujetos a sentimientos de estrés, confusión, dudas sobre sí mismos, presión para lograr éxito, inquietudes financieras y otros miedos mientras van creciendo. Para algunos adolescentes, el divorcio, la formación de una nueva familia con padrastros y hermanastros, o las mudanzas a otras nuevas comunidades pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. (Jímenez, s.f., para. 21)

No están contentos con su entorno físico y sobre todo el social. En algunos casos, el suicidio aparenta ser una solución a estos problemas.

La mayor parte de los científicos sociales están de acuerdo en que el suicidio es una forma compleja de conducta que tiene causas biológicas, psicológicas y sociales. Otros afirman que algunas personas son genéticamente más propensas a las depresiones y por lo tanto al suicidio. El síntoma más predicativo de un posible suicidio es la depresión. "Todos los suicidios y los intentos suicidas hablan de una crisis emocional, de una perturbación en la forma en que se vive, de un desacuerdo social." (Christman, s.f., para. 2)

Los psicólogos y sociólogos han encontrado diversas influencias personales y situacionales que contribuyen a la búsqueda de la muerte voluntaria. Ésta se produce a menudo como un escape de circunstancias dolorosas o como un acto de venganza contra otra persona a la que se acusa de ser responsable del sufrimiento que lleva a la toma de tan drástica decisión. Estos sentimientos de desesperación se conocen frecuentemente por las notas o cartas que llega a dejar la persona antes de suicidarse. No obstante, la causa más frecuente del suicidio es la percepción de que la vida es tan dolorosa que sólo la muerte puede proporcionarle alivio deseado. Igualmente, la pérdida de un ser querido o dolores crónicos, físicos o emocionales, pueden producir una sensación de incapacidad para cambiar estos hechos llevando a un sentimiento general de desesperanza ante cualquier cambio donde la muerte aparentemente es la única solución (Cortés, s.f.).

Existen cuatro tipos de conductas suicidas:

1. La conducta suicida impulsiva que se presenta después de una desilusión o un fuerte sentimiento de enojo.

2. La sensación de que la vida no vale la pena que se relaciona con la depresión.

3. Una enfermedad grave que puede llevar al individuo a pensar que no hay otra opción.

4. El intento suicida como medio de comunicación, común en los adolescentes donde éste realmente no desea morir pero desea comunicar algo. (Christman, s.f.)

Entonces, ¿Por qué los adolescentes intentan suicidarse? No existe una respuesta simple pero se tiene que considerar los factores proximales y distales que pueden estar presentes. Los factores proximales o inmediatos son por ejemplo, circunstancias muy estresantes como la pérdida de un novio o una novia, sacar malas calificaciones en la escuela, un embarazo no deseado o el consumo de drogas. Los factores distales o alejados en el tiempo son por ejemplo que el adolescente considera tener una larga historia de infelicidad e inestabilidad familiar. Igualmente, son factores distales la falta de afecto y apoyo emocional, el exceso de control paterno y una exigencia excesiva para que se rinda en los estudios durante la infancia pudiendo éstos propiciar la depresión en un adolescente. Muchos adolescentes que intentan suicidarse además creen no tener amigos que los apoyen. Finalmente, los adolescentes suicidas presentan con frecuencia síntomas depresivos (Santrock, 2004).

Aunque no todos los adolescentes deprimidos intentan suicidarse, la depresión es el factor que se asocia de forma más consistente al suicidio adolescente. La adolescencia, como una etapa de desarrollo del individuo, es una etapa dolorosa por que el joven pasa por cambios difíciles que le producen ansiedad y depresión. Por esta razón, la tentativa del suicidio es una de las conductas más significativas del adolescente. (Christman, s.f.).

Acciones concretas para la prevención

Las acciones concretas para la prevención de la depresión se pueden llevar a cabo tanto dentro del ámbito familiar como el escolar.

Formas de intervención de la familia

Aunque a la depresión se le considera un padecimiento del cuál sólo es posible curarse con medios clínicos, el apoyo y cobijo que genere el entorno del adolescente son el fundamento tanto para su prevención, detección oportuna e intervención. La base es la comunicación abierta con el adolescente para ayudar a la identificación a tiempo. Recordemos que uno de los roles de los padres según nos dice Santrock (2004) son ellos quienes deben ayudar a los hijos a lidiar con sus emociones. Los síntomas de la depresión, como ya se mencionó, pueden confundirse al inicio con flojera, descuido y otros malos hábitos. Es importante, por lo tanto, que mientras no se tenga seguridad de qué es lo que está ocasionando estos síntomas, la familia se mantenga alerta y no emita juicios a priori. Para el adolescente que está viviendo este proceso es importante que no se le acuse de aparentar enfermedades o flojera, ni esperar que ella o él salgan inmediatamente de este estado sin ayuda.

Desafortunadamente la detección oportuna no resulta tan fácil, a pesar de que los síntomas sean evidentes. La mayoría de las personas que no hayan vivido un trastorno depresivo no alcanzan a visualizar el efecto que éste causa, y aunque no tengan intención de lastimar, algunas veces con lo que dicen y hacen hieren más. El joven deprimido requiere apoyo emocional. Esto significa proveer de comprensión, paciencia, consideración y ánimo; generar espacios para conversar pero sobretodo escucharlo. De ninguna manera se le debe restar importancia a los sentimientos que exprese, sin embargo establecer una evaluación justa de la realidad, aspecto que se encuentra por lo general distorsionado en la persona deprimida. La familia puede intervenir de diferentes formas de acuerdo a las causas que pueden estar originando la depresión en el adolescente.

Formas de intervención del profesor

La adolescencia mediana (15 a 18 años) es el período depresivo por excelencia. Según Fernández (1985), dicho estado se da como consecuencia del proceso normal de maduración, del estrés asociado con éste, de la influencia de las hormonas sexuales y de los conflictos de independencia con los padres.

Los chicos en estas edades están cursando el nivel educativo de secundaria y preparatoria, por lo que situaciones relacionadas con esta etapa de desarrollo pueden motivar situaciones de tensión que exacerben esta vulnerabilidad.

A menudo es difícil diagnosticar la verdadera depresión en adolescentes debido a la serie de cambios emocionales inherentes a su proceso natural de desarrollo y que se caracteriza por variaciones del estado de ánimo, con períodos alternos de "plena felicidad" y "la vida es horrible". Estos estados de ánimo pueden alternar en períodos de horas o días.

Sin embargo, como profesores y con el contacto diario con los chicos es posible percibir cambios de ánimo persistentes, baja en el rendimiento escolar, conflictos en las relaciones con sus iguales, comportamientos agresivos (problemas de conducta), cambios en los hábitos alimenticios (con notorios incrementos o disminuciones de peso), que se queden dormidos en clase, obsesión con la muerte.

Ya que las relaciones interpersonales de ayuda y las habilidades de adaptación saludables pueden ayudar a evitar que dichos períodos conduzcan a síntomas depresivos más severos, la identificación oportuna y el tratamiento rápido e integral puede prevenir o posponer los episodios posteriores.

La comunicación abierta con el adolescente puede ayudar a identificar la depresión a tiempo pero para los docentes es realmente difícil identificar la depresión de los alumnos, en cambio sí se pueden identificar situaciones de crisis.

Una crisis según Slaikeu (1990) es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por una incapacidad del individuo para manejar situaciones particulares utilizando los métodos acostumbrados para la solución de problemas. Es una combinación de situaciones de riesgo en la vida de una persona que coinciden con su desorganización psicológica y necesidad de ayuda; representa tanto el peligro de un trastorno como la oportunidad para el desarrollo de la persona. La resolución final de la crisis depende de numerosos factores que incluyen la gravedad del suceso precipitante y los recursos personales y sociales del individuo.

Cualquier período de crisis pasará o se resolverá de alguna manera. Esta solución puede ser saludable o dañina y se supone que el tipo de solución alcanzada tendrá repercusiones en el funcionamiento futuro del individuo. Es importante asimilar el suceso de crisis de manera que quede integrado dentro de la trama de la vida al dejar que la persona esté abierta en lugar de cerrada al futuro. La meta principal al buscar estrategias de intervención es ayudar a la persona a recuperar el nivel de funcionamiento que tenía antes del incidente que precipitó la crisis.

Slaikeu (1990) habla de dos tipos de intervención: los de primera y los de segunda instancia. En el caso de los docentes es más factible que se encuentren preparados para proporcionar los primeros auxilios psicológicos (primera instancia) con el objetivo de proporcionar apoyo y enlazar a la persona en crisis con los recursos de ayuda que en este caso sería el área de psicología de la institución. El docente tiene la facilidad de detectar la crisis en el momento y en lugar en que aquella surge. Es como dar primeros auxilios físicos en lo que llega ayuda médica especializada. El psicólogo es quien llevará a cabo la intervención secundaria (segunda instancia) ya que es la persona capacitada para evaluar cuadros clínicos para delimitar diagnósticos depresivos de los adolescentes o cualquier otro tipo de trastorno recordando que la presencia de alcohol y otras drogas complican cualquier crisis.

Adicionalmente, el asesoramiento puede ayudar a los adolescentes a sobrellevar los períodos de bajo estado de ánimo. Se debe contar con el apoyo de un departamento de psicología y que las instituciones educativas cuenten con lineamientos establecidos a seguir para atender problemas emocionales. Si el alumno busca al maestro (o si el maestro decide hablar con él), una vez que él escucha, puede evaluar y decidir qué tipo de apoyo requiere el alumno y puede entonces solicitar apoyo al departamento correspondiente. Así el alumno puede obtener ayuda y seguimiento inmediato.

El profesor hoy en día asume funciones (además de la docencia) donde las relaciones interpersonales dejan marcas profundas en la forma de ser de quienes participan en el proceso educativo. Esto implica ser asesor con plena conciencia de sus limitaciones y evitar solucionar casos evidentemente fuera de su área o profesión. Es necesario contar con capacitación en desarrollo humano, el conocimiento de herramientas de intervención y sobretodo tener una actitud comprometida con el desarrollo y crecimiento de los alumnos.

Tratamientos

Existen diferentes tipos de depresión y diferentes estadios de gravedad. Antes de determinar que tipo de tratamiento es el más adecuado para cada persona, es indispensable, por parte del médico realizar primero un examen, el cuál consiste en un examen físico, entrevista con el paciente y un análisis de laboratorio, para poder determinar si la causa es biológica o psicológica. Cuando las causas físicas quedan descartadas, se debe de proceder a una evaluación o test de tipo psicológico o psiquiátrico. (Catholic Health System, 2005). El tipo de tratamiento se determina dependiendo del resultado de dicha evaluación.

De acuerdo al Dr. Alonso-Fernández (2001), los tratamientos para la depresión pueden ser suministrados de dos formas diferentes. Una de ellas es el método ambulatorio, es decir en casa, donde el paciente no sale de su contexto, convive con su familia y sigue formando parte de su trabajo; éste es el tipo idóneo, pues el apoyo de los seres queridos es esencial. El ingreso al hospital psiquiátrico es el otro método, pero sólo se utiliza cuando la crisis depresiva es extrema, caracterizado por "el abandono social, alto riesgo al suicidio, peligrosidad contra los demás, rechazo al tratamiento o la indicación de un cambio de ambiente" (p. 170).

Los tratamientos se subdividen en tres grupos dependiendo de el momento en que se manifiesta la enfermedad: El tratamiento de la depresión severa, cuando los pacientes son remitidos al hospital hasta la desaparición de los síntomas; el tratamiento de mantenimiento, por un período mínimo de seis meses para evitar la reincidencia de los síntomas; y el tratamiento preventivo o profiláctico, cuyo fin es evitar la recurrencia (la cuál se entiende como una aparición de un nuevo episodio depresivo después de los seis meses preestablecidos de tratamiento) y la recaída (la cual se define como la reaparición de los síntomas antes de haber pasado el período de cinco a seis meses).

Existen diferentes prototipos de tratamientos que se pueden clasificar en cinco grandes grupos.

a) El tratamiento farmacológico: No se puede determinar qué tipo de medicamento o fármaco será el de mayor éxito pues sólo en un 65% de los casos funciona uno en específico. Sue Breton (1998), dice que al igual que con todos los compuestos químicos, se cree que los antidepresivos son como los tranquilizantes y causan adicción. Ésta es una idea equivocada, pues a diferencia también de los tranquilizantes, sus efectos no son inmediatos; se necesitan de dos a tres semanas antes de manifestar el efecto deseado. Los antidepresivos, causan efectos secundarios como sedación, aumento del ritmo cardíaco, baja o alta presión arterial, sequedad de boca, visión borrosa y estreñimiento. Con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se han visto enormes ventajas pues éstos a diferencia de los inhibidores tricíclicos, tiene menos efectos secundarios. Sólo causan ligeras náuseas, diarrea y dolor de cabeza, efectos que suelen desaparecer con el uso, pero su principal desventaja es que causan disfunción sexual. Quienes consumen antidepresivos conocidos como inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) se ven sometidos a dietas restringidas y a precauciones especiales.

b) Las hierbas medicinales. Recientemente se ha estado utilizando una hierba que se conoce como la hierba de San Juan o Corazoncillo (Hypericum perforatum) cuyo uso es muy común en Europa, en Alemania concretamente; es el tratamiento antidepresivo más utilizado. Cabe aclarar que se han estudiado sus efectos sólo a corto plazo, como lo menciona Margaret Strock (2001). Actualmente se está llevando a cabo un estudio comparativo a 3 años, entre los fármacos convencionales, la hierba de San Juan y el uso de placebos. La FDA, dio aviso en febrero del 2000, sobre la posible interacción negativa de esta hierba cuando se mezcla con medicamentos para "enfermedades del corazón, depresión, convulsiones, algunos tipos de cáncer y el rechazo de transplantes" (para. 42).

c) La psicoterapia. La primera modalidad es la terapia familiar, mencionada por Glick (1999) quien considera indispensable el modelo de psicoeducación tanto para el enfermo como para la familia, ya que es aquí donde se plantea el tratamiento. Esta terapia sugiere dos dimensiones, la individual y grupal pero se usan por separado en la práctica. Dentro de la terapia individual se detalla la psicoterapia cognitiva-conductual (TCC) que se basa en entender la relación funcional que existe entre el proceso del pensamiento, las conductas abiertas y las perturbaciones en el estado de ánimo, a la vez se le enseña al paciente a optimizar el uso de los recursos, para el manejo de la depresión. A medida que progresa la terapia se identifican las áreas de fragilidad y antes de terminar se les enseñan técnicas para prevenir reincidencias. Este tipo de terapia puede ser aplicada tanto de manera individual como grupal, y que está viviendo este proceso es importante que no se le acuse de aparentar enfermedades o flojera, ni esperar que ella o él salgan inmediatamente de este estado sin ayuda.

Desafortunadamente la detección oportuna no resulta tan fácil, a pesar de que los síntomas sean evidentes. La mayoría de las personas que no hayan vivido un trastorno depresivo no alcanzan a visualizar el efecto que éste causa, y aunque no tengan intención de lastimar, algunas veces con lo que dicen y hacen hieren más. El joven deprimido requiere apoyo emocional. Esto significa proveer de comprensión, paciencia, consideración y ánimo; generar espacios para conversar pero sobretodo escucharlo. De ninguna manera se le debe restar importancia a los sentimientos que exprese, sin embargo establecer una evaluación justa de la realidad, aspecto que se encuentra por lo general distorsionado en la persona deprimida. La familia puede intervenir de diferentes formas de acuerdo a las causas que pueden estar originando la depresión en el adolescente.

Formas de intervención del profesor

La adolescencia mediana (15 a 18 años) es el período depresivo por excelencia. Según Fernández (1985), dicho estado se da como consecuencia del proceso normal de maduración, del estrés asociado con éste, de la influencia de las hormonas sexuales y de los conflictos de independencia con los padres.

Los chicos en estas edades están cursando el nivel educativo de secundaria y preparatoria, por lo que situaciones relacionadas con esta etapa de desarrollo pueden motivar situaciones de tensión que exacerben esta vulnerabilidad.

A menudo es difícil diagnosticar la verdadera depresión en adolescentes debido a la serie de cambios emocionales inherentes a su proceso natural de desarrollo y que se caracteriza por variaciones del estado de ánimo, con períodos alternos de "plena felicidad" y "la vida es horrible". Estos estados de ánimo pueden alternar en períodos de horas o días.

Sin embargo, como profesores y con el contacto diario con los chicos es posible percibir cambios de ánimo persistentes, baja en el rendimiento escolar, conflictos en las relaciones con sus iguales, comportamientos agresivos (problemas de conducta), cambios en los hábitos alimenticios (con notorios incrementos o disminuciones de peso), que se queden dormidos en clase, obsesión con la muerte.

Ya que las relaciones interpersonales de ayuda y las habilidades de adaptación saludables pueden ayudar a evitar que dichos períodos conduzcan a síntomas depresivos más severos, la identificación oportuna y el tratamiento rápido e integral puede prevenir o posponer los episodios posteriores.

La comunicación abierta con el adolescente puede ayudar a identificar la depresión a tiempo pero para los docentes es realmente difícil identificar la depresión de los alumnos, en cambio sí se pueden identificar situaciones de crisis.

Una crisis según Slaikeu (1990) es un estado temporal de trastorno y desorganización, caracterizado principalmente por una incapacidad del individuo para manejar situaciones particulares utilizando los métodos acostumbrados para la solución de problemas. Es una combinación de situaciones de riesgo en la vida de una persona que coinciden con su desorganización psicológica y necesidad de ayuda; representa tanto el peligro de un trastorno como la oportunidad para el desarrollo de la persona. La resolución final de la crisis depende de numerosos factores que incluyen la gravedad del suceso precipitante y los recursos personales y sociales del individuo.

Cualquier período de crisis pasará o se resolverá de alguna manera. Esta solución puede ser saludable o dañina y se supone que el tipo de solución alcanzada tendrá repercusiones en el funcionamiento futuro del individuo. Es importante asimilar el suceso de crisis de manera que quede integrado dentro de la trama de la vida al dejar que la persona esté abierta en lugar de cerrada al futuro. La meta principal al buscar estrategias de intervención es ayudar a la persona a recuperar el nivel de funcionamiento que tenía antes del incidente que precipitó la crisis.

Slaikeu (1990) habla de dos tipos de intervención: los de primera y los de segunda instancia. En el caso de los docentes es más factible que se encuentren preparados para proporcionar los primeros auxilios psicológicos (primera instancia) con el objetivo de proporcionar apoyo y enlazar a la persona en crisis con los recursos de ayuda que en este caso sería el área de psicología de la institución. El docente tiene la facilidad de detectar la crisis en el momento y en lugar en que aquella surge. Es como dar primeros auxilios físicos en lo que llega ayuda médica especializada. El psicólogo es quien llevará a cabo la intervención secundaria (segunda instancia) ya que es la persona capacitada para evaluar cuadros clínicos para delimitar diagnósticos depresivos de los adolescentes o cualquier otro tipo de trastorno recordando que la presencia de alcohol y otras drogas complican cualquier crisis.

Adicionalmente, el asesoramiento puede ayudar a los adolescentes a sobrellevar los períodos de bajo estado de ánimo. Se debe contar con el apoyo de un departamento de psicología y que las instituciones educativas cuenten con lineamientos establecidos a seguir para atender problemas emocionales. Si el alumno busca al maestro (o si el maestro decide hablar con él), una vez que él escucha, puede evaluar y decidir qué tipo de apoyo requiere el alumno y puede entonces solicitar apoyo al departamento correspondiente. Así el alumno puede obtener ayuda y seguimiento inmediato.

El profesor hoy en día asume funciones (además de la docencia) donde las relaciones interpersonales dejan marcas profundas en la forma de ser de quienes participan en el proceso educativo. Esto implica ser asesor con plena conciencia de sus limitaciones y evitar solucionar casos evidentemente fuera de su área o profesión. Es necesario contar con capacitación en desarrollo humano, el conocimiento de herramientas de intervención y sobretodo tener una actitud comprometida con el desarrollo y crecimiento de los alumnos.

Tratamientos

Existen diferentes tipos de depresión y diferentes estadios de gravedad. Antes de determinar que tipo de tratamiento es el más adecuado para cada persona, es indispensable, por parte del médico realizar primero un examen, el cuál consiste en un examen físico, entrevista con el paciente y un análisis de laboratorio, para poder determinar si la causa es biológica o psicológica. Cuando las causas físicas quedan descartadas, se debe de proceder a una evaluación o test de tipo psicológico o psiquiátrico. (Catholic Health System, 2005). El tipo de tratamiento se determina dependiendo del resultado de dicha evaluación.

De acuerdo al Dr. Alonso-Fernández (2001), los tratamientos para la depresión pueden ser suministrados de dos formas diferentes. Una de ellas es el método ambulatorio, es decir en casa, donde el paciente no sale de su contexto, convive con su familia y sigue formando parte de su trabajo; éste es el tipo idóneo, pues el apoyo de los seres queridos es esencial. El ingreso al hospital psiquiátrico es el otro método, pero sólo se utiliza cuando la crisis depresiva es extrema, caracterizado por "el abandono social, alto riesgo al suicidio, peligrosidad contra los demás, rechazo al tratamiento o la indicación de un cambio de ambiente" (p. 170).

Los tratamientos se subdividen en tres grupos dependiendo de el momento en que se manifiesta la enfermedad: El tratamiento de la depresión severa, cuando los pacientes son remitidos al hospital hasta la desaparición de los síntomas; el tratamiento de mantenimiento, por un período mínimo de seis meses para evitar la reincidencia de los síntomas; y el tratamiento preventivo o profiláctico, cuyo fin es evitar la recurrencia (la cuál se entiende como una aparición de un nuevo episodio depresivo después de los seis meses preestablecidos de tratamiento) y la recaída (la cual se define como la reaparición de los síntomas antes de haber pasado el período de cinco a seis meses).

Existen diferentes prototipos de tratamientos que se pueden clasificar en cinco grandes grupos.

a) El tratamiento farmacológico: No se puede determinar qué tipo de medicamento o fármaco será el de mayor éxito pues sólo en un 65% de los casos funciona uno en específico. Sue Breton (1998), dice que al igual que con todos los compuestos químicos, se cree que los antidepresivos son como los tranquilizantes y causan adicción. Ésta es una idea equivocada, pues a diferencia también de los tranquilizantes, sus efectos no son inmediatos; se necesitan de dos a tres semanas antes de manifestar el efecto deseado. Los antidepresivos, causan efectos secundarios como sedación, aumento del ritmo cardíaco, baja o alta presión arterial, sequedad de boca, visión borrosa y estreñimiento. Con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se han visto enormes ventajas pues éstos a diferencia de los inhibidores tricíclicos, tiene menos efectos secundarios. Sólo causan ligeras náuseas, diarrea y dolor de cabeza, efectos que suelen desaparecer con el uso, pero su principal desventaja es que causan disfunción sexual. Quienes consumen antidepresivos conocidos como inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) se ven sometidos a dietas restringidas y a precauciones especiales.

b) Las hierbas medicinales. Recientemente se ha estado utilizando una hierba que se conoce como la hierba de San Juan o Corazoncillo (Hypericum perforatum) cuyo uso es muy común en Europa, en Alemania concretamente; es el tratamiento antidepresivo más utilizado. Cabe aclarar que se han estudiado sus efectos sólo a corto plazo, como lo menciona Margaret Strock (2001). Actualmente se está llevando a cabo un estudio comparativo a 3 años, entre los fármacos convencionales, la hierba de San Juan y el uso de placebos. La FDA, dio aviso en febrero del 2000, sobre la posible interacción negativa de esta hierba cuando se mezcla con medicamentos para "enfermedades del corazón, depresión, convulsiones, algunos tipos de cáncer y el rechazo de transplantes" (para. 42).

c) La psicoterapia. La primera modalidad es la terapia familiar, mencionada por Glick (1999) quien considera indispensable el modelo de psicoeducación tanto para el enfermo como para la familia, ya que es aquí donde se plantea el tratamiento. Esta terapia sugiere dos dimensiones, la individual y grupal pero se usan por separado en la práctica. Dentro de la terapia individual se detalla la psicoterapia cognitiva-conductual (TCC) que se basa en entender la relación funcional que existe entre el proceso del pensamiento, las conductas abiertas y las perturbaciones en el estado de ánimo, a la vez se le enseña al paciente a optimizar el uso de los recursos, para el manejo de la depresión. A medida que progresa la terapia se identifican las áreas de fragilidad y antes de terminar se les enseñan técnicas para prevenir reincidencias. Este tipo de terapia puede ser aplicada tanto de manera individual como grupal, y recientemente se ha desarrollado para terapia de parejas. La duración promedio de éste tipo de terapia es de ocho a veinte sesiones. También existe la psicoterapia interpersonal o IPT. Ésta se basa en ayudar al paciente a identificar, qué de sus relaciones interpersonales le causa conflicto o lo lleva a la depresión y en conjunción con el terapeuta, se trabaja sobre las estrategias de reparación. Debido a su éxito, es una excelente opción de terapia ambulatoria, de tiempo limitado y además cabe mencionar que la técnica también sirve para la práctica general, como lo menciona Glick (1999), de los autores Swartz y Markowitz.

La psicoterapia individual de Glick (1999) se sugiere para la depresión normal, y entiéndase por normal, las que dan una sensación de tristeza o infelicidad. Este tipo de terapia se propone para las personas que tienen visiones irracionales de sí mismos y de los demás, cuando todo en su físico y en su desarrollo (niñez) está bien, pero fueron víctima de alguna situación tan desagradable que no logran integrarla a su vida sin que les cause depresión o desesperación. La psicoterapia de grupo, es la que tiene por objetivo, tratar a varios pacientes a la vez. Es necesario mencionar que dentro de éste grupo existen diversos métodos: los grupos de apoyo, grupos de autoayuda, grupos de crisis, grupos conductuales, interpersonales y con orientación psicoanalítica.

d) El tratamiento combinado. Este tipo de tratamiento sugiere el uso de los fármacos y la psicoterapia, el cual es el método más recomendado por la American Psychiatric Association, como lo menciona Glick (1999). Hay tres factores que determinan el uso de esta terapia: cuando hay una psiquiatra suministrando ambos tratamientos, cuando hay un psicoterapeuta no médico trabajando en conjunto con un psiquiatra, y cuando hay un psicoterapeuta no médico trabajando con un médico no psicoterapeuta. El principal motivo por el que esta terapia es de gran ayuda, es debido a la etiología de la enfermedad y si debido a ella consideramos los factores como biopsicosociales, estaremos atacando la enfermedad desde diferentes perspectivas con un mayor porcentaje de éxito.

e) Terapia electroconvulsionante. De acuerdo a Strock (2001), esta terapia se aplica sólo a pacientes cuya depresión es severa "suicidas, con agitación severa, pensamientos psicóticos, pérdida excesiva de peso o físicamente débiles como resultado de una condición física" (para. 29), o para quienes no pueden tomar antidepresivos. El tratamiento se administra bajo una anestesia ligera. Al paciente se le colocan electrodos en la cabeza y se emiten descargas eléctricas produciendo con esto una ligera convulsión de aproximadamente treinta segundos. Se requiere de varias sesiones, tres por semana. No se sabe qué es lo que ocasiona a ciencia cierta en el cerebro, pero los efectos son muy satisfactorios.

Conclusión

Cuando se habla de factores de riesgo en el adolescente, se consideran por lo general los más conocidos o discutidos. Para aquellos docentes que trabajan con adolescentes que son del medio social alto, y más si viven en las grandes ciudades, lo que se conoce es el abuso del alcohol, en algunos casos las drogas, los problemas de bulimia y anorexia y las niñas y en ciertos casos los problemas sexuales si no han definido su identidad y personalidad. En estratos sociales menos pudientes también existen problemas de alcoholismo y drogadicción y también son más comunes las situaciones de violencia, delincuencia, presentes entre las bandas de jóvenes. o que la chicas estén expuestas al acoso o abuso sexual y terminen con un embarazo no deseado. Pocas veces como padres o docentes nos percatamos de que un adolescente puede sufrir de depresión.

Lamentablemente, la depresión muchas veces pasa desapercibida. En la adolescencia surge como consecuencia de la conjunción de una serie de factores distintos. Tiene como característica el que los adolescentes que la padecen presenten una actitud de tristeza y melancolía permanentes con el consiguiente desánimo para continuar con sus actividades cotidianas. El origen queda sujeto a las circunstancias peculiares de cada caso individual y del especialista que la diagnostique. Debido a que de por sí el adolescente está en una fase de desarrollo físico y psicológico muy característico que afecta a su estado de ánimo, en esta etapa la detección de la misma es mucho más complicada. Adicionalmente, frecuentemente los padres están ausentes o están en conflicto con ellos por no poder lidiar con la situación que ellos los retan y buscan ir más allá de los límites para definir su identidad y personalidad propia. Por otro lado, el docente en secundaria y preparatoria, por lo general tiene muy poco contacto con el alumno, ya que son muchos los docentes que imparten las diferentes materias. Además desconoce los antecedentes familiares que en determinado momento pudieran tener un efecto normal en el estado anímico del adolescente relacionado con su desarrollo. Como padres o formadores, la responsabilidad de ser más observadores y percibir las situaciones que pudieran llegar a presentar los adolescentes de tal suerte que se pueda intervenir a tiempo para ayudarlos previniendo situaciones irremediables. Los docentes en particular podemos llevar a cabo una intervención primaria, también llamada primeros auxilios psicológicos que implica escuchar los hechos y sentimientos que perturban al estudiante, mostrar empatía, examinar las dimensiones del problema, promover la autorreflexión sin dar opiniones personales, ayudarle a examinar alternativas de solución y en caso necesario remitirlo al departamento de psicología de la institución y continuar su seguimiento. La persona capacitada para elaborar un diagnóstico es el psicólogo quien le brindará la ayuda requerida. Por lo mismo, es de suma importancia educar a padres de familia y a maestros sobre lo que es la depresión, sus causas y sus efectos para así ayudar y poder prevenir situaciones conflictivas que los lleven inclusive al suicidio.

Miedo (Sicosis) Cuento

Posted by Javier Elizalde on 1. marts 2012 kl. 2.10

“Quien dice que el alma no sueña”.

No tenía ni 3 años cuando un día sentí que el suelo estaba vivo y me cargaba, yo sentado en mi bacín verde, con el pantaloncito bajado, impúdico haciendo mis necesidades, eso que solo los niños hacen delante de todos sin ofender a nadie. Mi madre, bella ella, había estado columpiándose mentalmente, meciéndose con los ojos cerrados mientras tarareaba esa canción, esa canción que me vio nacer y me hace suspirar, ella cantando y encantando sus recuerdos. De pronto corrió hacia mí con los brazos estirados intentando sujetarme mientras el mundo me cargaba. Mi hermana ya estaba afuera de la casa, gritando.

– ¡Temblor, Mamá corran! - aullaba mi hermana.

Bajamos las escaleras lentamente, pausadamente, mi madre me llevaba en brazos, yo feliz la miraba observando su pelo tan negro y largo, su piel suave y blanquísima, sus ojos enormes y claros como un caramelo, mi madre me abrazaba y en el descanso de la escalera, me dijo con cariño.

– Vamos a rezar a la virgencita hijito- yo temblaba y mi corazón saltaba de amor por ella, en ese momento mágico en el cual la tragedia externa era dominada por lo nuestro.

Aquella mañana se cerró un pacto entre los dos, fui feliz, ella también, y a pesar de que corría gentes por todos los lados, mi abuela, hermanos, mi padre que llegó con prisa de la calle, nada pareció cambiar en nuestro mundo que se movía en cámara lenta. Mi madre pausada, yo abrazado y pegado a su mejilla, estábamos sobre todos, un mundo sin sonido, sin dolor, sin apuro. Mi madre caminaba y sonreía tímidamente con sus ojos brillantes, iluminando la miseria que nos rodeaba, de gente asustada y miedosa.

Por la noche mientras me cantaba en mi cuna, yo solo veía su larga cabellera caer sobre las sombras, y su cantar casi murmullo me llevaba lentamente al mundo de los sueños, y yo con una sonrisa suspiraba.

- Mamita te amo- cerrando los ojos, me dormía.

Esa noche algo fue diferente. Tosiendo, atragantado, quise abrir los ojos pero no pude, estaba oscuro, hacía calor, no podía respirar, -algo me agarraba la garganta, descubrí un nuevo sentimiento, el miedo.

Abrí los ojos con esfuerzo, vi a mi mami, traté de sonreír, de abrazarla pero no pude, ella me tenía sujeto del cuello y me apretaba con fuerza, mis manos estaban heladas, mi frente mojada, quise gritar.

-Mami, ¿qué me haces?, al mirar sus ojos, sentí esa nueva sensación, miedo, sus ojos caramelo, brillan de forma extraña, vi furia, estaba despeinada, desnuda, balbuceando palabras, con voz gruesa como de hombre, no entendí pero me asustó. Mis ojos se iban cerrando, pero otro grito más fuerte y un empujón que aventó a mi madre al suelo, me devolvieron la luz, vi a mi padre y lo escuché gritar.

-¡Luisa suelta al chico, déjalo carajo!

Forcejearon, lucharon, mi madre saltó, peleó como una fiera con mi padre que intentaba agarrarle las manos, luego de varios minutos logró dominarla, ella tendida en el piso, luego se la llevó, yo mudo no lloré, solo sudaba, temblaba de frío, de miedo, de soledad.

Algo cambió desde aquel día, pues desde que amanecía estaba oscuro, el piano acompañando la voz angelical de mi madre ya no se escuchaba. Ya no había olor a pastel recién hecho, ni ese dulce de leche que me encantaba que mi mami preparaba por las tardes a mis hermanos y a mí, y nos peleábamos por el plato mejor servido, y ella me daba un poco más a escondidas, y yo feliz de nuestra complicidad.

Algo cambió, y yo también, encontré refugio en un closet en donde me sentiría a salvo, no sé bien aún de qué, quizás de mis hermanos que se habían vuelto más agresivos, quizás de la gata de mi mami que me arañaba, o quizás del temblor.

-¡Qué jodido hermano!, que historia, si no me cuentas no te creo, ¿tú qué crees qué le paso a tu vieja?-

-No se “brother”, ella cambió de un momento a otro, y yo sentí que la perdí, o peor aún, que me producía miedo-.

-¿Pero tú crees que estaba embrujada o algo?-

-No, no creo, era una enfermedad, pero nunca mi padre me quiso decir que era, luego de varios años y muchos tratamientos ella se curó, o creo que se curó, me di cuenta que estaba mejor por que empezó a cantar y a cocinar panecillos, pero la viejita murió de un día para otro unos meses más tarde.

_Jodido hermano. ¡Oye! toma pues, hablas mucho y “chupas” poco, jajá-.

-Ya, ya, no me apures, que me atoro – ¡mozo!, ¡Tráete 6 cervezas más!

_ ¡Ah carajo! esto se pone sabroso hermano, jajaja-.

-Para que no me andes apurando “brother”, ahora vas a tomar como hombre, ¡salud compadre por los 25 años que jamás volverán!- chocando los vasos y vaciándolos rápidamente, los dos amigos celebran. La “salsa” que sale de algún parlante escondido los envuelve, las mesas humeantes por las colillas de cigarrillos, botellas, y culpas, donde nadie se conoce y todos se saludan, es la típica cantina de barrio de clase media.

Las horas pasaron más lentas que las cervezas, ya borrachos Javi y Larry, caminaron cruzando pistas y calles como dos coyotes en el monte a la medianoche, siguiendo sus instintos, saltando, esquivando con sus últimos reflejos.

_ Hermano, vamos a llevarle flores a tu viejilla- balbuceó con los ojos perdidos, Larry.

-¿Flores? , ¿”pa’qué”?, no seas loco “broth”, no la he visto hace muchos años- casi inaudible, susurrando, buscando el oído de Larry.

-Va vava vamos hermano, tu vieja era una sasa santa, solo que se loqueó- gagueando poniéndose una mano en el pecho y otra en la frente, vomitando en el acto.

-Jajaja, borracho, ¿flores? no, no le gustaban, mejor vamos a cantarle “brother”, - recobrándose un poco, más animado Javi.

Los caminos son más cortos para dos borrachos, el tiempo no significa nada, y la prudencia no está en sus mentes. El cementerio público no debía estar lejos para ellos.

-“Madre querida madre adorada hoy es tu día que Dios te ha dado”- balbucea Larry.

-¡No era tu madre sino la mía borracho!- grito Javi molesto y confundido por no saber bien en donde está parado, con dificultad logra leer bajo la luz de un farol, con ayuda de la luna, y el celular “Luisa Carolina Martínez” QEPD 1930-1970, “Con amor de su esposo e hijos que siempre le recordaran”.

-Mamita, te voy a cantar una canción, ya que tú, ya no me cantas- Javi empezó vacilante una canción de cuna, “Estrellita primorosa el encanto de Mamá…”

-Ya mejor vámonos hermano, ya estoy cansado- interrumpió Larry aburrido, dándole un pequeño empujón en el hombro a Javi.

-No, ya no me voy, tú querías venir, ahora te jodes- fastidiado.

-Vamos compadre ya es tarde, nos van asaltar- recobrando la conciencia Larry.

-No, no, no, yo me quedo, yo me quedo con mi mami- entrecortado Javi, terco, molesto, borracho.

-Bueno yo me largo compadre, estoy cansado y ya se me está pasando el trago y eso me enferma, chau, bye, arrivederchi- despidiéndose Larry dio media vuelta, caminando en zigzag desapareció dentro de las sombras de la noche.

-¡Lárgate si quieres, no te necesito!, total tú cantas mal, ahora te crees “poligloto” o “polidiota”, no sé – murmura Javi.

Javi siguió cantando minutos, horas, luego se arrodilló cansado abrazando la tumba de su madre susurró –hasta mañana mamita-. Y se durmió.

-¿En serio mami?-

-Si hijito, es una historia triste pero cierta,- cariñosa le acaricia la cabeza mientras lo va acostando.

-¿Me cantas mami?- mimoso, coqueto sonriente.

-No se hijito- titubeante- es tarde y estoy cansada- mirando el reloj infantil con orejas de “dumbo” colgado en la pared.

-Por fa, mamita, para dormir mejor y soñar con los angelitos.

-Está bien pero algo cortito no más, ¿sí?- casi susurrando sin fuerzas.

-Si mami, no quiero que te pongas fea como la otra noche, eso me asustó mucho-

-Nunca más hijito, te lo prometo- sonriendo con los ojos brillosos, perdiéndose en su mundo.

¡De repente!, todo empieza a temblar, la cama, su cuerpo, el miedo otra vez. Ella con los ojos desorbitados, inmensamente oscuros, esta parada sobre la cama, una almohada aparece en sus manos, que envuelve todo de oscuridad, la respiración agitada de ella se confunde con los gritos ahogados de él, ella grita con furia, con odio, con amor, en un lenguaje indescifrable, salta ágilmente otra vez, sentándose encima de la almohada, encima de él, encima de la vida, los gritos no se escuchan, ella ríe, a él le tiembla el alma.

Lo encontraron al día siguiente congelado, abrazando una toma de agua para incendios, a dos cuadras de la cantina donde había estado bebiendo. Esta vez no hubo canción, ni amanecer,… quizás si angelitos.


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